Es un plan compartido entre Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Universidad Nacional de Mar del Plata y Fundación Fauna Argentina. Apunta a que se reubiquen más alejados de sectores donde tenían cercanía con actividades laborales y la circulación de turistas.
El Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, en conjunto con especialistas de la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Fundación Fauna Argentina, implementan un plan de acción tendiente a lograr que la colonia de lobos marinos que durante los últimos años se instaló en inmediaciones de la Banquina Chica se desplace a otros sectores donde no afecte zonas operativas ni interfiera con maniobras de trabajo de las actividades productivas que allí se desarrollan.
El programa previsto será de aplicación progresiva y prevé la intervención de personal con presencia permanente para evitar que los animales se ubiquen en la Dársena A, un censo y registro de su cantidad y movimientos y también la colocación de barreras físicas que contribuyan a que busquen otro destino para su asentamiento, siempre dentro de esta terminal marítima.
La coordinación general de estas acciones quedará a cargo del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, en tanto personal de la Fundación Fauna Marina aportará en el despliegue para la exclusión de lobos marinos y el equipo de la Universidad Nacional de Mar del Plata tendrá a su cargo el marcado individual de los ejemplares, el censo y registro de distribución y la evaluación de las respuestas que aquellos tienen frente a las barreras físicas y demás acciones hacia su futura ubicación.
“Hemos convocado a las dos instituciones que más conocen y con mayor experiencia en manejo de esta especie para trabajar en conjunto y lograr que los lobos marinos, que son parte de la postal tradicional de nuestro puerto, puedan tener su lugar sin interferir con las actividades productivas ni representar un riesgo para quienes recorren el circuito turístico de Banquina Chica”, explicó Gabriel Felizia, presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata.
Esta situación se advierte desde hace casi tres años, con una mayor presencia de lobos marinos en el espacio identificado como Dársena A y cercanías. Ese cuadro se agravó durante los últimos tiempos a partir de los períodos de obligada inactividad por restricciones vinculadas a la pandemia de coronavirus, período en el que esos animales ganaron presencia y terreno sobre bandejas próximas al espejo de agua, calles superiores y sectores de estacionamiento ante la escasez casi total de presencia humana y tránsito vehicular.
La Universidad Nacional de Mar del Plata dispone de un plantel de investigadores y alumnos avanzados que estudia de manera permanente a esta colonia, con detalles sobre su volumen, características y desplazamientos. La Fundación Fauna Marina es una ONG marplatense que desde hace casi 40 años trabaja en el puerto local en el cuidado y atención de los lobos marinos que allí se instalan.
Diego Rodríguez, director del Grupo de Mamíferos Marinos que depende de la casa de estudios, manifestó buenas expectativas en cuanto al objetivo buscado y aseguró que “los cambios rápidos y espontáneos en la ubicación de los grupos de lobos marinos que se registraron demuestran su capacidad de aprender rápidamente de situaciones novedosas y transmitir socialmente este conocimiento».
Juan Lorenzani, presidente de la Fundación Fauna Marina, recordó que hace casi una década lograron que los lobos marinos se instalarán con continuidad en dos puntos de la Escollera Sur donde incluso se dispuso alambrado de protección y un mirador turístico con información específica sobre cualidades y hábitos de esta especie.
“Tenemos experiencia que vamos a aportar con todo gusto para dar solución a este inconveniente que tiene que ver con la búsqueda de comodidad de los animales en un ámbito donde no es ideal la interacción con actividades de trabajo”, explicó.
Anticipó Rodríguez que el plan de trabajo diseñado y que se extenderá durante las próximas semanas cuenta con participación de profesionales de la Universidad Nacional de Mar del Plata y el Conicet y colaboración de estudiantes de la carrera de Biología.