La Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (Fempinra) rechazó este sábado la aprobación en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) con el voto favorable del gobierno argentino de la profundización del acceso al puerto uruguayo de Montevideo a 14 metros al advertir que eso deja «en desventaja» al puerto de la Capital y a los puertos de la Provincia de Buenos Aires.
Asimismo, la Federación que lidera el sindicalista Juan Carlos Schmid apuntó que «a este dislate se suma el gobierno de la Provincia de Buenos Aires que agrega a esta aspiración el cierre del único puerto federal, que es el puerto b en favor del puerto La Plata», ubicado más al sur que los anteriores. «Esta aprobación por parte de la Argentina no es nueva, podríamos afirmar que es histórica, lamentablemente«, sostuvo el comunicado.
El también secretario general del gremio de Dragado y Balizamiento recordó que esa decisión refleja una «ausencia de política exterior en la Cuenca del Plata» por parte de Argentina. «No es un problema que Uruguay solicite la aprobación de los 14 metros a su principal puerto. En realidad no deberíamos oponernos a la inversión y al mejoramiento de países hermanos en sus estructuras logísticas, el problema está en que hace 25 años que por ignorancia o intereses ocultos Argentina no hace nada», remarcó el dirigente gremial.
Schmid señaló que Argentina posee «la mayor extensión hidroviaria del continente con una concesión terminada, que demostró eficiencia y aciertos en su pliego de bases y condiciones a los que seguramente, por la experiencia lograda, se debía mejorar en una nueva licitación«. «A este dislate se suma el gobierno de la Provincia de Buenos Aires que agrega a esta aspiración el cierre del único Puerto federal, que es el puerto Buenos Aires en favor del puerto La Plata«, subrayó.
Días atrás, la Cancillería argentina confirmó que había aprobado el pedido uruguayo para el dragado de 13 a 14 metros en el puerto de Montevideo y sostuvo que eso fue «posible gracias al trabajo técnico conjunto» realizado por las delegaciones de los dos países «a partir de una fiel observancia del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, en la que se preservan los requisitos mínimos e indispensables que garantizan la seguridad de la navegación en dicha zona«.
El gobierno argentino abogó para que «los proyectos presentados en las aguas de uso común, en el ámbito del art. 17 y siguientes del Tratado, reciban una evaluación ágil y expedita, en el marco del afianzamiento de las relaciones de amistad, cooperación e integración entre ambos países» y propuso «la redacción de un protocolo o mecanismo para agilizar los procedimientos de análisis de este tipo de proyectos dentro de la Comisión».
Por su parte, el gobierno uruguayo celebró que era «un hecho de absoluta relevancia» y señaló que se trataba de «un objetivo que fue prioridad expresa del actual gobierno» de Luis Lacalle Pou como «un gran paso para continuar desarrollando nuestro sistema de puertos como polo logístico regional, y como puerta de salida para productos de una amplia región, en lo que constituye un logro que beneficiará a toda la cuenca del río de la Plata y a la hidrovía Paraná-Paraguay«.
FeMPINRA expresó que con esta decisión de Argentina, «el puerto Buenos Aires se encuentra en desventaja en comparación con su contraparte de Montevideo en la competencia por convertirse en el Hub regional, por lo cual será considerablemente más factible que las navieras finalicen su recorrido en el puerto principal de Uruguay».