Shell anunció que no participará del proyecto de GNL impulsado por YPF y ya es la segunda empresa multinacional que se retira de la iniciativa desde que Javier Milei decidió arbitrariamente ubicarla en Río Negro en lugar de Bahía Blanca. Antes se había ido Petronas.
Shell confirmó su retiro del proyecto de GNL que impulsa YPF, convirtiéndose en la segunda multinacional que abandona la iniciativa desde que Horacio Marín asumió la conducción de la petrolera estatal al comienzo de la gestión de Javier Milei. Anteriormente, la malaya Petronas ya había decidido apartarse del emprendimiento.
Originalmente, la iniciativa estaba planificada para el Puerto de Bahía Blanca, donde YPF había reservado 1.500 hectáreas para construir una planta junto a Petronas. Sin embargo, YPF decidió intempestivamente trasladar la inversión a Punta Colorada, en Río Negro, pese a que esta localidad cuenta con infraestructura notablemente inferior.
Consorcio de Gestión de Puerto Quequén
El resultado fue la salida de Petronas, cuyos directivos se habían manifestado a favor de Bahía Blanca y se enteraron del cambio a través de los medios de comunicación, además del achicamiento del proyecto, que pasó de contemplar una planta de GNL en tierra a operar mediante buques para el tratamiento del gas, sin infraestructura terrestre.
Ahora es la compañía angloholandesa quien comunicó su decisión, casi un año después de firmar el acuerdo con YPF, en el cual había manifestado interés por participar en la ingeniería del proyecto y adquirir más del 20% de la producción.
“Shell ha decidido no seguir adelante con la fase inicial del proyecto de GNL en Argentina. Shell había participado inicialmente solo en la fase previa al FEED”, explicó oficialmente la petrolera, aunque señaló que continúa “considerando a Argentina como un mercado potencialmente atractivo para la exportación de GNL”.
La retirada de Shell no tomó por sorpresa a YPF, que ya manejaba esta posibilidad y había acelerado conversaciones con otros potenciales socios. El proyecto continuará con la participación de la italiana ENI y la árabe Adnoc, con el objetivo de producir 12 millones de toneladas por año de gas natural licuado mediante dos buques instalados en la costa de Río Negro.
Entre las alternativas para reemplazar a Shell figuran Saudi Aramco y la norteamericana ExxonMobil, aunque esta última solamente estaría interesada en actuar solo como revendedora de un proyecto que viene perdiendo envergadura desde el arribo de Milei al gobierno.