El ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartua, publicó una nota de opinión titulada «El puerto de Buenos Aires: una infraestructura clave para el futuro de la Ciudad», en la que asegura que, pese a los avances logrados en otras áreas, para que la jurisdicción tenga plena autonomía, resta el traspaso de la terminal portuaria.
El traspaso del Puerto de Buenos Aires es un viejo anhelo de los distintos gobiernos de CABA, desde que, el propio Mauricio Macri, estaba a cargo del ejecutivo de la ciudad. Distintos reclamos solo lograron el traspaso de subtes y policía, pero el puerto se mantuvo, al menos hasta ahora, en jurisdicción nacional.
En una nota publicada por ámbito.com, el ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartua, adujo que «El puerto debe seguir siendo utilizado como infraestructura logística, pero con una planificación urbana y de infraestructura adecuada, el área puede significar una expansión sustentable de la ciudad», y precisó que «con una gestión local, podría fomentarse la integración de esta extensa zona con el entorno urbano, atrayendo inversiones privadas, generando empleo, creando áreas verdes y desarrollando espacios que mejoren la calidad de vida de los vecinos».
En esta expresión dejó claramente evidenciado la voluntad del gobierno de la Ciudad en convertir al principal puerto del país en un «Puerto Madero II» con un gran negocio inmobiliario, aspiración histórica de Mauricio Macri y Nicolás «Niky» Caputo.
Y lo reafirma cuando asegura «Un ejemplo virtuoso de este enfoque es el desarrollo de Puerto Madero, que en los últimos 30 años atrajo miles de millones de dólares en inversiones privadas, transformando una zona portuaria abandonada en uno de los barrios más dinámicos y valorados de la ciudad».
Bereciartua recordó que muchas ciudades en el mundo, como Hamburgo, Nueva York y Rotterdam, gestionan sus propios puertos, «logrando un equilibrio entre el desarrollo económico y la sostenibilidad urbana».
«En estos casos, la administración local ha permitido implementar políticas alineadas con las necesidades de los vecinos, promoviendo una planificación urbana más inteligente y un crecimiento económico inclusivo», continuó, solo olvidó mencionar que los principales puertos del mundo tienen autonomía de gestión, respondiendo a una autoridad nacional, mes allá de los estados provinciales, como son los puertos europeos.
Para justificar su reclamo Bereciartua, expresó «por ejemplo, los movimientos de contenedores medidos en TEUs (unidades equivalentes a contenedores de 20 pies) han mostrado un declive, pasando de manejar 1,8 millones de TEUs anuales hace una década a menos de 1,3 millones en los últimos años. Asimismo, el valor del comercio exterior gestionado por el puerto también ha decrecido, reflejando cambios en las rutas logísticas y en las prioridades del comercio internacional«.
El funcionario de Jorge Macri no dijo por que no sabe, no conoce u oculta, que esa caída se debió al considerable crecimiento del Puerto de Montevideo, apoyado por decisiones políticas desde nuestro país, como por el ejemplo con la indefinición en el futuro de la Hidrovía, las sucesivas licitaciones caídas, por defectos formales, en la profundización del Canal Magdalena o la autorización de dragar a 14 metros el acceso al Puerto de Montevideo emitida por el presidente Milei.
También, aseguró que «La capacidad logística del puerto también enfrenta importantes restricciones hacia el futuro. Los accesos terrestres al puerto, tanto por camión como por ferrocarril, ya están saturados, y un aumento significativo del tráfico de carga generaría una congestión intolerable para la ciudad. Esto subraya la necesidad de reimaginar el rol del puerto dentro del desarrollo urbano porteño«.
En esta expresión desvaloriza la «mega-millonaria obra« realizada, para corregir ese defecto, por un ex Jefe de Gobierno de su mismo signo político (Horacio Rodríguez Larreta) con la construcción del Paseo del Bajo, que permite que los camiones ingresen al Puerto por una vía única sin obstaculizar el tráfico del ejido urbano.
En la década del 90, con la desaparición del estado nacional de la gestión portuaria, se buscó aplicar (muy mal por cierto) el modelo de gestión español, y no el de EE.UU. cuya actividad productiva, industrial comercial, y del comercio exterior es totalmente diferente a lo que se podría pensarse de nuestro país.
No fué casualidad, el gobierno de ese entonces, buscaba desprenderse de la gestión y guardar su rol de autoridad y coordinación de la logística de transporte, donde los puertos eran una de las piezas esenciales. Fue por ello que creo los Consorcios y Entes de Gestión en los principales puertos como Bahía Blanca, Rosario y Queque entre otros, y les dió a las provincias la posibilidad de «gestionar« otros, pero siempre manteniendo el rol de «Autoridad Portuaria Nacional«.
Curiosamente, desde el espacio ideológico opuesto, los diputados de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y Paula Oliveto presentaron un proyecto de ley en el Congreso en ese sentido. En el mismo, refieren la reforma constitucional de 1994 y al fallo de la Corte Suprema 2084/2017, en el que la Justicia reafirma la competencia y jurisprudencia de CABA con las provincias en el marco del federalismo argentino.
Segun cuenta ámbito.com los legisladores manifiestan que la iniciativa considera que “la transferencia también contribuye a reducir la duplicidad de funciones entre los niveles nacional y local, lo que genera una optimización en el uso de los recursos públicos y una mejora en la calidad de los servicios brindados a la ciudadanía”, lo que demuestra un claro desconocimiento de la gestión portuaria, ya que CABA, jamás administró un puerto, ni el de Buenos Aires ni ningún otro, lo que imposibilita duplicidad de funciones alguna – palabras (duplicidad de funciones) que en los últimos tiempos ha popularizado Federico Sturzenegger .
Como anticipara este portal, se avecina la transferencia del puerto capitalino al gobierno de la ciudad, una de las exigencias de Mauricio Macri a Javier Milei, para avanzar en una alianza del PRO con la LLA en esa jurisdicción, con vistas a las próximas elecciones legislativas.
Nicolás «Niky» Caputo y Mauricio Macri ¿verán cumplido su sueño inmobiliario sobre las tierras que pertenecieran a la AGP (hoy Agencia Nacional de Puerto y Navegación)? solo es cuestión de tiempo, y este año 2025 es definitorio en el avance hacia una Argentina sin puerto Federal.