En las últimas dos décadas China construyó la mayor flota pesquera de aguas profundas del mundo, con casi 3000 barcos. Habiendo agotado gravemente las poblaciones en sus propias aguas costeras.
China pesca ahora en cualquier océano del mundo, y a una escala que empequeñece las flotas enteras de algunos países cerca de sus propias aguas, informó The New York Timesen un artículo del 26 de septiembre de 2022.
Bloomberg calcula que la industria de la pesca ilegal tiene un valor de hasta USD 23500 millones al año, siendo los países en desarrollo los que más pérdidas sufren, según un reciente estudio publicado por la Coalición para la Transparencia Financiera (FTC), una red mundial de la sociedad civil, gobiernos y expertos.
La mayoría de las empresas que practican la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) están relacionadas con el Estado chino, según la FTC. El estudio revela que las 10 principales empresas implicadas en la pesca INDNR son responsables de casi una cuarta parte de todos los casos denunciados, y ocho de ellas son de China.
Una amenaza para millones de personas
“La pesca ilegal es una industria masiva que amenaza directamente los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo, especialmente [las] que viven en comunidades costeras pobres de países en desarrollo, ya afectadas por la pandemia del COVID-19, la crisis del coste de la vida y el impacto del cambio climático”, afirmó Matti Kohonen, uno de los autores del informe y director ejecutivo de la FTC, según The Guardian.
Además de los problemas causados por la inseguridad alimentaria, Kohonen dijo que los países en desarrollo pierden miles de millones de dólares debido a dinero ilícito que fluye por la pesca ilegal, mientras que “los propietarios de los barcos siguen operando con total impunidad, utilizando complejas estructuras empresariales y otros esquemas para ocultar su identidad y evadir la acción judicial”, reafirma The Guardian.
Océanos sobreexplotados
La Organización de las Naciones Unidas afirma que más del 90 por ciento de las poblaciones de peces del mundo están totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas. África es el continente más afectado, siendo Argentina y Chile los dos países que sufren las mayores pérdidas en Latinoamérica. Los expertos que participaron en una reciente mesa redonda organizada por InSight Crime y el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos (CLALS) de la American University en Washington, D.C., dejaron claro que las consecuencias de la pesca INDNR son inmediatas y enormes en toda la región.
La pesca INDNR daña los medios de subsistencia y los ecosistemas marinos, al tiempo que facilita otros delitos, como el abuso laboral y el tráfico de drogas. “El impacto va más allá de la industria pesquera”, dijo Matthew Taylor, profesor de estudios internacionales de la American University que colaboró con InSight Crime en un documento recientemente publicado sobre la pesca INDNR en Latinoamérica y el Caribe.
El Departamento de Estado de los EE. UU. (DoS) afirma que la pesca INDNR puede adoptar muchas formas, desde los buques de pequeña escala que declaran erróneamente sus capturas o se adentran en las aguas de un país vecino, hasta los esfuerzos coordinados de los sindicatos de la delincuencia transnacional. La pesca INDNR también puede socavar la seguridad portuaria y marítima, ya que los elementos delictivos pueden utilizar rutas comerciales, lugares de desembarco y embarcaciones similares para traficar con armas, migrantes, drogas y otros tipos de contrabando, y no respeta las normas adoptadas a nivel nacional o internacional.
«Las claves para hacer frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada,incluyen la eliminación de los incentivos económicos que la impulsan, la garantía de que los gobiernos supervisen y controlen en forma eficaz sus buques pesqueros, y la creación de capacidad en los países en desarrollo para la gestión de la pesca, la aplicación de la ley y la buena gobernanza» dice el DoS.
POR MARCOS OMMATI – PARA DIALOGO-AMERICAS