De acuerdo con fuentes calificadas cercanas a Zona Militar, la Armada Argentina y la Prefectura Naval Argentina enfrentan serios desafíos para llevar a cabo el control y patrullaje de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
Las tareas, realizadas bajo la orbita del Comando Conjunto Marítimo (CCM), dependiente del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA, padecen la falta de partidas correspondientes que garanticen la presencia permanente de unidades desplegadas en la milla 200.
El esquema actual establece que las tareas de patrullaje se dividan de forma alternada entre la Armada Argentina y la Prefectura Naval Argentina. Cada fuerza tiene la responsabilidad de operar durante quince días consecutivos, lo que permitiría asegurar presencia continua en la ZEE a lo largo del año. Sin embargo, según las fuentes consultadas, los fondos disponibles solo alcanzan para cubrir siete días efectivos de operación por mes.
Esto significa que, en la práctica, las tareas de control y vigilancia se realizan durante 237 días al año, lo que representa apenas un 65 % de la cobertura anual planificada para 2024. El esquema de patrullaje compartido entre la Armada y la Prefectura busca maximizar los recursos disponibles, pero las restricciones presupuestarias limitan gravemente su alcance.
Durante los 128 días restantes, la falta de fondos imposibilita que tanto la Armada como la Prefectura realicen patrullajes efectivos. Esta situación genera baches en la presencia de unidades en la milla 200, permitiendo que posiblemente buques extranjeros ingresen y operen sin autorización en aguas argentinas, con el consecuente riesgo para los recursos pesqueros.
El esquema operativo habitual de la Prefectura Naval Argentina incluye la asignación de un guardacostas clase Mantilla al puerto de Comodoro Rivadavia. Desde allí, se coordina la vigilancia aérea mediante un avión Beechcraft B200M Super King Air, que sobrevuela la zona de mayor concentración de pesqueros, cercana a la milla 200. En caso de detectar un buque infractor, el guardacostas es desplegado para tareas de interdicción.
Por su parte, la Armada Argentina utiliza patrulleros oceánicos (OPV clase Bouchard) u otras unidades de la Flota de Mar (Corbetas Meko 140 o Destructores Meko 360) asignadas para estas tareas. Sin embargo, las limitaciones presupuestarias implican que la presencia en el área se reduzca a cinco días por misión, tras un día de navegación hasta llegar a la zona de vigilancia, y uno que implica su retorno a la Base Naval. Esta falta de permanencia dificulta una cobertura continua y deja la ZEE expuesta a actividades ilícitas.
Fuente: Zona Militar