La bandera de conveniencia de «Panamá» es la mas utilizada en el mundo del comercio exterior por vía marítima. Uno de cada seis buques enarbolan la bandera del país latinoamericano.

La certificadora Guinness World Records informó oficialmente que Panamá es el país del mundo con el registro de buques más grande del planeta Tierra, basándose en un dato contundente: más de 8.000 barcos navegan bajo su bandera, una cifra que supera ampliamente a cualquier otro Estado.
Además de Panamá, los países que ofrecen banderas de conveniencia (BDC) más comunes incluyen Liberia, Islas Marshall, Bahamas, Malta, Chipre, Bermudas, Islas Caimán, Antigua y Barbuda, y San Vicente y las Granadinas, permitiendo a armadores registrar sus barcos para obtener beneficios fiscales, menores costos y flexibilidad regulatoria, siendo Panamá, Liberia e Islas Marshall los líderes en tonelaje mundial.
Para el comercio marítimo, este informe, marca el pulso jurídico y logístico de la flota mercante mundial. Además revela cómo un país latinoamericano logra influir sobre océanos y rutas estratégicas sin necesidad de tener un poder militar equivalente.
La clave está en el sistema panameño de abanderamiento, famoso por sus regulaciones flexibles, costos competitivos y apertura total a dueños extranjeros. Así, barcos de Asia, Europa y América Latina encuentran en Panamá una puerta administrativa que les permite operar con rapidez, eficiencia y menos burocracia.
No importa si se trata de un buque gigante de contenedores, un barco petrolero o una embarcación de carga general: miles de barcos eligen la bandera panameña, convirtiendo al país en un protagonista silencioso pero indispensable para la economía global.

Los armadores eligen estas banderas para:
- Reducir costos operativos (impuestos, tarifas).
- Evadir regulaciones más estrictas.
- Contratar mano de obra más barata.
- Obtener flexibilidad en el registro y operación.
Mientras otras naciones latinoamericanas buscan ampliar sus puertos, atraer inversiones o modernizar sus flotas, Panamá ya juega en otra liga, la del control jurídico del mar. En la práctica, cada vez que un barco cruza un océano con la insignia panameña, América Latina aparece insertada en las dinámicas comerciales que conectan a China con Estados Unidos, a Europa con África y a los mercados del Pacífico con los del Atlántico.