Marineros nucleados en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) se movilizaron este jueves a la mañana en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco de una jornada nacional de protesta bajo la consigna “No a la baja”, en rechazo a la propuesta de reducción del valor del ítem producción que impulsan las cámaras empresarias del sector pesquero, como así también la modificación de los convenios colectivos.
Desde Mar del Plata, Puerto Deseado, y Puerto Madryn, partieron colectivos con trabajadores hacia la Capital Federal para sumarse a la movilización, cuyo objetivo principal fue visibilizar el conflicto paritario que mantiene paralizada la temporada de langostino en aguas nacionales.
La movilización comenzó alrededor de las 10 de la mañana en la sede gremial de Perú al 1600 y se extendió hasta Plaza de Mayo. Desde el sindicato exigen que el Gobierno nacional intervenga de manera urgente para destrabar la negociación salarial, que permanece estancada desde hace semanas, y adopte medidas que permitan reactivar la actividad en aguas nacionales. El conflicto repercute directamente en la economía de las ciudades portuarias y genera tensión entre los distintos eslabones de la cadena pesquera.
En contraposición, las cámaras empresarias del sector sostienen que el actual esquema de pagos es económicamente inviable y advierten que la situación de crisis que atraviesa la industria requiere una revisión de los costos laborales. Acusan al gremio de no dimensionar la magnitud del problema y remarcan que sin una adecuación del valor del ítem producción, se pone en riesgo la continuidad operativa de la flota pesquera.
La protesta en Buenos Aires busca también instalar el debate en la agenda nacional, en momentos donde la pesca enfrenta fuertes presiones económicas y regulatorias.
El sector empresario asegura que la contraoferta del SOMU no genera una baja real en los costos
En la continuidad del confrityo que manteiene el SOMU con las cámaras empresarias hubo una contrapropuesta sindical a las intenciones empresarias de disminución salarial. Desde el sector de las empresas aseguran que la contraoferta gremial no genera una baja real en los costos de producción de los barcos. El eje de la propuesta gremial gira en torno a la eliminación de ciertos aportes sindicales, como la cuota del 4% que se descuenta del salario de los tripulantes.
Según informó la Revista Puerto,s i bien esto podría significar un incremento en el ingreso de bolsillo de los trabajadores, las empresas sostienen que no modifica los costos operativos que afrontan las compañías. Del mismo modo, el impacto de otros ítems como la acción social y la mutual es considerado irrelevante en términos económicos.
En ese marco, la Subsecretaría de Pesca informó al Ministerio de Trabajo que no hubo ningún cambio en relación con los Derechos Únicos de Extracción (DUE) ni con las retenciones. Aunque el gremio, a través de un mensaje difundido el lunes por su secretario general Raúl Durdos, afirmó haber realizado gestiones en ese sentido, desde el organismo remarcaron que tales esfuerzos no se tradujeron en medidas concretas.
Actualmente, la única medida vigente que podría representar un alivio parcial para las empresas es la posibilidad de liquidar hasta un 70% de los salarios como no remunerativos. Sin embargo, no todas las cargas sociales son alcanzadas por este esquema, por lo que el impacto sobre los costos laborales no supera el 10%.
En un intento por destrabar la situación, las cámaras empresarias —CAPECA, CAPIP y CEPA— ofrecieron liquidar el salario de producción a un dólar de 900 pesos, una mejora frente a los 857 pesos propuestos la semana anterior. No obstante, el SOMU rechazó de plano la propuesta y volvió a insistir con su esquema de reducción de costos.
Mientras tanto, el conflicto continúa y los barcos permanecen amarrados en los puertos pesqueros y los tripulantes siguen a la espera de una solución para embarcar.