Aunque se puede llegar en helicóptero o barco, por su naturaleza, no es un lugar ni de fácil acceso ni para turistas. Sin embargo, cada vez más, con la caída de las producciones petroleras y el propio declive que parecen tener las estructuras de la isla, podría no descartarse como destino turístico. En mitad del mar Caspio, una isla, hecha por la mano del hombre —increíbles torres de acero, tuberías oxidadas, puentes de madera, edificios mastodónticos de la era soviética—, que no aparece en los mapas: bienvenidos a Neft Dashlari.
Su historia se remonta a los años 40 del siglo XX, cuando Joseph Stalin mandó a construir esta plataforma después de descubrir que en la zona había petróleo bajo el lecho marino del mar Caspio.
Se encuentra a unos 55 kilómetros de Bakú, en la costa de Azerbaiyán, y su nombre en ruso significa “Rocas Petrolíferas” o, como se conoce en inglés, «Oil Rocks», porque esta ciudad es, a su vez, la plataforma petrolífera marina más antigua del mundo, según el Libro Guinness de los Récords Mundiales.
Es precisamente en Bakú donde la próxima semana se realizará la 29ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024, COP29.
Una ciudad sobre barcos hundidos
Fue en 1920 cuando el ejército rojo entró en Azerbaiyán y lo tomó como parte de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Perteneció al Bloque Soviético hasta octubre de 1991, poco antes de su disolución oficial.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue crucial para su estrategia energética puesto que gran parte del petróleo que se usaba en el Frente Oriental provenía de Bakú.
Neft Dashlari se creó inicialmente como parte de un plan quinquenal dirigido por Stalin, es decir, los proyectos a 5 años para el desarrollo de su economía, especialmente de su industria, y que fueron insignia de la burocracia soviética, si bien muchos no concluyeron y otros fueron abandonados o fracasaron.
Su construcción arrancó tras una primera exploración petrolera exitosa, el 7 de noviembre de 1949. La zona resultó tener una de las mayores reservas petroleras de Asia Central.
Lo que primero fue una pequeña plataforma para la extracción con una mínima casa para que los trabajadores se alojaran allí, derivó en una gran construcción a partir de 1951. SOCAR
“El 7 de noviembre, el pozo produjo un chorro de petróleo (100 toneladas por día), lo que marcó la primera producción de petróleo en alta mar del mundo. Azerbaiyán es el primero en explotar yacimientos petrolíferos en la parte abierta del Mar Caspio”, recoge la página de SOCAR, la empresa estatal petrolera de Azerbaiyán.
Lo que primero fue una pequeña plataforma para la extracción con una mínima casa para que los trabajadores se alojaran allí, derivó en una gran construcción a partir de 1951. Un “milagro arquitectónico y técnico”, según dijo el cineasta Marc Wolfensberger del lugar cuando pudo verlo a fines de los años 90.
Para acelerar las obras de la plataforma marina se hizo algo singular: se hundieron barcos ya fuera de servicio para usar los armazones como cimientos y, sobre ellos, se montaron los pilares de los edificios.
Oil Rocks se construyó inicialmente como parte de un plan quinquenal dirigido por Stalin. Getty Images
Uno de estos barcos fue el petrolero Zoroaster, el primero que se hizo en el mundo. Su creador, Ludvig Nobel —hermano de Albert Nobel—, lo fabricó como una solución al transporte del petróleo a fines del siglo XIX.
“En 1951, para proteger la isla del viento y las olas, se desmantelaron seis barcos adicionales de las empresas Khazartanker y Khazardonanma y se trajeron aquí medio hundidos, y se creó una bahía artificial alrededor de la isla. Los camarotes y bodegas del barco se utilizaban como comedor, puesto médico, dormitorios y otros usos para los miembros de la tripulación de perforación. De ahí proviene el nombre original de este lugar, “Isla de los Siete Barcos”, recoge la página de SOCAR.
Más tarde, esta isla artificial se hizo famosa con el nombre que tiene actualmente.
Un lugar para vivir
Con los años, Neft Dashlari creció como una ciudad en forma de pulpo gigantesco sobre el mar.
Bloques de edificios para los trabajadores, una panadería, tiendas, centros médicos, un campo de fútbol, un helipuerto e incluso un teatro.
A día de hoy, nos cuenta a BBC Mundo Mirvari Gahramanli, directora de la Organización de Protección de los Derechos de los Trabajadores del Petróleo, que se centra en los derechos humanos en el sector del petróleo y el gas de Azerbaiyán, Neft Dashlari está construido a varios metros sobre la superficie del mar sobre pilares sobre postes metálicos fijados al fondo del mar.
Y, según cuenta, sigue habiendo estos edificios residenciales, un departamento médico y sanitario y tiendas. Además, “en los muelles de acero se han plantado árboles y se ha construido un parque”.
El primer yacimiento en su especie
“El yacimiento de Neft Dashlari se considera el primero en explotarse en mar abierto en todo el mundo. Y este lugar, por singular, se denomina a veces la octava maravilla del mundo, la isla de los siete barcos, la isla de las maravillas”, sostiene Gahramanli.
El yacimiento Oil Rocks es de unos 12 km de largo y 6 km de ancho y, según los datos de Gahramanli, en la zona se han excavado unos 2.000 pozos y casi 200 kilómetros de pasos elevados.
En sus inicios, la isla llegó a tener unos 5.000 trabajadores. Hoy, según los datos de Gahramanli, hay unos 3.000 trabajadores que durante 15 días están en el mar y 15 días en tierra.
En la imagen, el conjunto de viviendas de Neft Dashlari, en una foto de la empresa estatal petrolera SOCAR y distribuida en la cuenta del X del gobierno de Azerbaiyán sin fecha. SOCAR
Neft Dashlari es un conjunto que pertenece a SOCAR, la empresa petrolera estatal de Azerbaiyán que se encarga de la producción, procesamiento y transporte de petróleo, gas y condensados de gas, así como la venta de petróleo, gas y productos derivados del petróleo y el gas.
Según SOCAR, la isla fue una joya de la corona de la producción petrolera del Caspio y ha producido casi 180 millones de toneladas de petróleo en sus 75 años de existencia. En su apogeo en 1967, extrajo un récord de 7,6 millones de toneladas.
A día de hoy, la producción diaria de petróleo es menor, de unas casi 3.000 toneladas,según las cifras ofrecidas por SOCAR para enero de este año.
Un lento declive
La isla tuvo un enorme apogeo, sobre todo en la década de 1960. Pero a partir de la siguiente década, debido a los precios fluctuantes del petróleo y a la lenta decadencia del imperio soviético, fue cayendo su esplendor.
Según el periódico alemán Der Spiegel, en 2012 solo 45 de sus 300 kilómetros de carreteras eran transitables. En el documental Oil Rocks – City Above The Sea («Oil Rocks – Un ciudad sobre el mar»), el cineasta Marc Wolfensberger recoge parte de esta decadencia.
“Todas estas carreteras estaban en buenas condiciones cuando yo era joven”, dice a cámara un trabajador de la zona montado sobre un camión que traquetea en su camino. El siguiente plano son construcciones abandonadas, derruidas y oxidadas.
Consultada sobre el riesgo de que la isla se hunda, por su estructura o debido al cambio climático, Mirvari Gahramanli es tajante: “La isla no está a punto de hundirse y por ahora no se prevé tal riesgo. Neft Dashlari es una instalación estratégica situada en el mar. Hay fondos marinos y pozos. Allí se extrae petróleo, se realizan perforaciones, construcciones, instalaciones, etc.”.
No es sencillo encontrar fotos o imágenes actualizadas del lugar.
Como curiosidad, en la página de SOCAR incluyen todas las películas filmadas en la zona, entre ellas, “El mundo nunca es suficiente”, de la franquicia de James Bond, a finales de los 90.
Aunque se puede llegar en helicóptero o barco, por su naturaleza, no es un lugar ni de fácil acceso ni para turistas. Sin embargo, cada vez más, con la caída de las producciones petroleras y el propio declive que parecen tener las estructuras de la isla, podría no descartarse como destino turístico.
“La ciudad tiene futuro como balneario marino y centro turístico”, afirma Mirvari Gahramanli.
Aunque, según un estudio publicado en Communications Earth & Enviroment, el Mar Caspio puede llegar a bajar 18 metros hasta el año 2100, lo que supone una pérdida del 34 % de superficie de este mar.
En el estudio, los científicos advirtieron que esta masa de agua bajará entre 9 y 18 metros para finales de siglo, si las emisiones de gases contaminantes continúan a los niveles actuales.
Por ahora, a pocos kilómetros de allá, en unos días se debatirá nuevamente en la COP29 el presente y futuro del clima en nuestro planeta. Una cita para la que, su presidente designado, Mukhtar Babayev, dijo que se necesitará “el esfuerzo de todos”.
Fuente: El Nacional / Comunidad Náutica