Las precursoras que iniciaron sus actividades en 1929 en el Puerto de la Ciudad Buenos Aires, fueron 3 las unidades diésel-eléctricas puestas en servicio para reforzar las tareas a cargo de locomotoras de vapor, único tipo de tracción existente por esos años.

Estas máquinas identificadas con los números 1 al 3, fueron construidas por las firmas Maschfbk, Esslingen, MAN y Brown Boveri pesando cada una 58 ton en orden de marcha (ODM). Su esfuerzo máximo de tracción era de aproximadamente 18.000 kg, disponiendo de un par de bogies de dos ejes cada uno y ruedas de rayos de 1 m de diámetro.
La cadena cinemática constaba de un motor diésel MAN de 300 hp de potencia a 700 rpm, de cuatro tiempos y seis cilindros dispuestos en línea de 220,98 mm de diámetro x 320,04 de carrera, con un generador principal de corriente continua de 220 kW acoplado al motor diésel, una exitatriz de 22 kW y cuatro motores eléctricos de tracción (uno montado en cada eje). Contaban con dos puestos de comando en cada extremo, ubicados uno por cada lateral, para de ese modo facilitar las operaciones de maniobras al personal de conducción.
En cada uno de los costados del techo se hallaban el depósito de aire comprimido y el silenciador con el escape del motor, así como también el ventilador para refrigerar el radiador, las bocinas, un sobretecho para ventilación de la sala de máquinas y barandillas para facilitar el ingreso al techo, a través de peldaños en los frentes.
Su accionar estuvo circunscrito exclusivamente al puerto de la Ciudad de Buenos Aires, a excepción de una prueba de velocidad realizada en 1929 con una de estas locomotoras entre Buenos Aires y Cañuelas, llegando a los 75 km/h, aunque su velocidad normal de operación estuvo limitada a los 45 km/h. El paso de los años fue realizando su lenta pero inexorable labor, concluyendo con la vida útil de estas máquinas en la década de 1960, cuando fueron reemplazadas por las más modernas y potentes General Electric de 65 Ton.
Gentileza: Trenes por Siempre