Por Agustín Barletti – La estrategia de la dragadora belga para armarse un “traje a medida” generó tal revuelo que el proceso fracasó estrepitosamente. Cuáles debieran ser las lecciones a aprender.

Parece que teníamos razón cuando dijimos que “la sastrería del gobierno le hizo un traje a medida a Jan De Nul” en la licitación de la hidrovía. A partir de este artículo que fue replicado por importantes periodistas en sus redes sociales, se despertaron las sospechas frente a un procedimiento que estaba llamado al fracaso.
Se trata de la vía navegable del Paraná y el Río de la Plata por donde circula el 80% del comercio exterior argentino y parte de las cargas bolivianas, brasileñas, paraguayas y uruguayas. El contrato que surgirá de esta licitación supone un negocio de más de USD 12.000 millones en treinta años, y a su vencimiento podría renovarse por igual período.
Las quejas comenzaron a hacerse visibles y tomaron formalidad cuando puertos públicos y privados, cámaras de la producción y el comercio exterior, legisladores, partidos políticos y embajadores expresaron sus disidencias. Dos de las dragadoras más importantes del mundo fueron a la Justicia y la frutilla del postre llegó el día anterior a la apertura de sobres cuando la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) emitió un durísimo dictamen contra la licitación donde incluso se habló de derivaciones penales para los responsables de este direccionamiento.
Llegó el día de la apertura de sobres, pero Jan De Nul, la principal beneficiaria de este pliego no se presentó. Sus directivos concurrieron a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN) con el sobre en mano, pero a último minuto decidieron no presentarse.
En realidad, en Jan De Nul pensaban que con un pliego tan direccionado a su favor solo ellos se presentarían, pero cuando se enteraron de que la firma Dredging, del grupo DEME también lo haría, y con mejores condiciones de tarifa, se vieron obligados a dar el paso al costado para no quedar tan expuestos.
“Se ve que a los directivos de Jan De Nul les gusta el dinero, pero no tanto como para ir presos por culpa de este pliego amañado”, relató a este medio un funcionario de la PIA.
Lecciones a aprender
Este fracaso debe ser una enseñanza para el gobierno de Milei. Si desde todos los sectores están diciendo que el pliego está mal hecho no se puede seguir avanzando como si nada ocurriese.
Por otro lado, los funcionarios del sector liderados por el director ejecutivo ANPyN, Iñaki Arreseygor también deberán rendir cuentas de su accionar. Se la jugaron por este pliego direccionado rechazando las impugnaciones elevadas y desoyendo todas las críticas para que luego Jan De Nul no se presentara en la apertura de sobres.
También esto es un llamado de atención para Enrique Lavié Pico Juez de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal.
Era el único juez disponible durante el mes de enero, por eso cuando DEME presentó la medida cautelar para parar la licitación no hubo sorteo de la causa. Pico Lavié corrió traslado al Estado quien respondió con un escrito de 120 páginas el 14 de enero a las 13:05, pero a pesar de tratarse de un tema por demás complejo y técnico, emitió su fallo rechazando la presentación de DEME el 15 de enero a las 12:56. Si se toma el tiempo total, es menos de un día, pero de calcularse el horario de Tribunales, resultan unas siete horas.
Luego, el minucioso dictamen de la PIA, que se tomó un mes para analizar el caso, demostraría lo sospechosamente ligera que fue la decisión de Pico Lavié.
Finalmente queda un párrafo para los mariscales de la derrota, es decir los directivos de Jan De Nul Wim Bosteels, Jan Neckebroeck y Jan Van den Driessche que son los grandes responsables de esta tragedia. En julio de 2023 llegaron como los salvadores de la empresa y desplazaron de la gestión a Pieter Jan De Nul.
Es de esperar que, desde la casa central en Bélgica, sea descabezada esta cúpula y repongan en su lugar a Pieter Jan De Nul, con quien seguramente nada de esto hubiese pasado.

Por Agustín Barletti – en su Blog PROFUNDIZAR