Era el año 1991, una fuerte tormenta azotaba la ciudad balnearia, el jueves 20 de junio marplatenses azorados veían como un buque pesquero de grandes dimensiones navega en la oscuridad, entre las escolleras Norte y Sur del Puerto, y terminaba varando frente a las costas de Felix U Camet.

Casi 34 años después, muchas fueron las historias que se escribieron de aquel gran pesquero que en condición de inactivo, cortó amarras en el puerto local y empujado por el viento, sin propulsión ni tripulación navegó, como conducido por un timonel fantasma, hasta su destino final en las playas marplatenses.
Pero más allá de aquella noticia que despertó curiosidad pero ya conocida, el Marcelina de Ciriza tiene otra historia, más vinculada a su nacimiento en los años 60 como el primer pesquero factoría de la flota española.
Fué el capitán de pesca José Pino, que contó para la revista «Industrias Pesqueras», la vida previa del Marcelina de Ciriza, antes de convertirse en el «Barco Fantasma». Transcribimos a continuación su historia real:
España: «Marcelina de Ciriza»: el primer proyecto de buque factoría congelador nacional
La historia del innovador buque construido por Casa Ciriza en 1960 y que, tras crisis económicas y dificultades administrativas de la empresa, naufragó en Mar del Plata en 1991 convirtiéndose en un símbolo para la flota pesquera española.
La historia de la Armadora Ciriza se remonta a los primeros años del siglo XX, cuando el patriarca Félix Ciriza crea la empresa Ciriza y Compañía en 1919 con una flota de bous importados, principalmente británicos, con base en el puerto de Pasajes y domicilio social en San Sebastián.
La compañía está gerenciada por los tres hijos del fundador, los hermanos Agustín, Pedro y Ángel Ciriza Lafuente, quienes distribuyen el producto directamente a proveedores aragoneses y sobre todo al mercado catalán.
A finales de los años veinte muere Pedro Ciriza en accidente de tráfico, lo que ocasiona la disgregación amistosa de la empresa en dos ramas armadoras, Ángel Ciriza crea «Ciriza Huarte» y Agustín Ciriza funda «Casa Ciriza» con los tres bous a vapor heredados de la separación: el «Casa Ciriza n.4» (ex «Gragsbrook» Bremenhaven 1916) de 37.15 metros y 262.31 TRB, el «Marcelina Ciriza» (ex «River Earn» Montrose 1919) de 34.14 metros y 217.15 TRB. y el «Félix Ciriza» (ex «Cairnwell» Beverley 1895 importado en 1920 por M. Cámara y renombrado «Pérez Galdós») de 27.29 metros y 142.59 TRB.
Agustín Ciriza está casado con Marcelina Alarcia, mujer muy implicada en la labor pesquera y comercial, de carácter tenaz y cumplidora, será fundamental en el progreso de la empresa.

Foto: Julián de Lucas
La flota de Casa Ciriza amarrada en la bahía de Pasajes en suspensión de pagos en 1976, junto al congelador `Marcelina de Ciriza´ están la pareja bacaladera `Estornino´-`Esturión´ y los fresqueros `Akarlanda´, `Angelote´ y `Mari Ciriza´, el año anterior se habían perdido el `Cachuelo´ y el `Pili Ciriza´.
En 1932 la Casa Ciriza encarga a los astilleros Constructora Metálica S.L. de Zumaya (constituida por Balenciaga y Carmelo Unanue) las primeras unidades diésel: dos parejas para la pesca al fresco, el «Agustín Ciriza»-«Miguel Ciriza» de 24.13 metros y 105.97 TRB, y los «Marce»-«Lina» de 25.53 metros y 132.09 TRB, los cuatro equipados con sendos Deutsche Werke alemanes de 200 HP.
La pesca de los siete barcos era comercializada directamente hacia sus centros de consumo, Barcelona y Lérida principalmente, para lo que disponían de un entramado logístico de almacenes y personal encargado de elaboración y distribución, con sus propios camiones.
Al estallar la Guerra Civil Agustín Ciriza actúa con la celeridad que le permite mandar las dos parejas nuevas a un amarre permanente en el puerto francés de La Rochelle, pero los tres bous y los camiones son requisados, el «Casa Ciriza n.4» es intervenido por los nacionales y enviado a Ferrol para ser artillado, formará parte de la flotilla de bous armados con base en Ribadeo, bajo el mando del teniente de navío Manuel Seijo López.
Al finalizar la guerra son recuperadas las dos parejas, dos de los bous inactivos y es devuelto por el Estado Mayor el participante en la contienda.
En 1947 incorporan a la sociedad dos nuevas unidades, la pareja «Mari Ciriza»-«Pili Ciriza» encargados a los astilleros paisatarras Luzuriaga S.A. de 32.36 metros y 157.44 TRB equipados con los alemanes Deutsche Werke de 390 HP. y se dan de baja dos de los viejos bous de vapor quedándose en activo el «Félix Ciriza» que se le incorporarán quemadores de fuel.
“MARCELINA DE CIRIZA”, UN DIÉSEL-ELÉCTRICO INNOVADOR.
En 1956 la Casa Ciriza está gobernada por Miguel y Agustín Ciriza Alarcia, junto a su hermana Pili son los hijos de Agustín Ciriza Lafuente. Miguel está formado a medio camino entre la comercialización, transporte y el funcionamiento de la flota de pesca que había vivido también abordo.
Miguel que aporta una visión a largo plazo del negocio de la pesca, siempre apoyado por la matriarca Marcelina, se plantea la construcción de un buque de gran capacidad para congelar en alta mar en caladeros lejanos, sobre una base de partida entorno a las mil toneladas. Por aquel entonces los astilleros vascos amparados en créditos blandos para la industria pesquera de altura sobre todo, se encuentran muy ocupados, y los plazos de entrega son muy largos, Pasajes está todo cubierto para una buena temporada y se recurre a los astilleros Cadagua de la ría bilbaína. En esa época no había oficinas técnicas más que las de los propios astilleros, por lo que el delegado de motores Deutsche Werke (hoy integrados en MAK) amigo de Miguel Ciriza le aconseja y acompaña visitar los astilleros «Ritchman» de Bremenhaven (Alemania) para intentar desarrollar el proyecto, allí contempla la construcción de dos factorías de 45 y 60 metros de eslora con parques de pesca industriales equipados con fileteadoras «Baader» de los que el vasco toma recortes. Les aconsejan dirigirse a la oficina técnica naval «Maierform» de Bremen donde son dirigidos a la oficina central de Ginebra (Suiza) acompañados del ingeniero jefe Enrich Maier para plasmar las ideas de Miguel Ciriza. Se encarga el proyecto del buque congelador factoría «Marcelina de Ciriza» sobre unidad de 90 metros de eslora por 13 metros de manga, equipado con un sistema diésel-eléctrico, corriente alterna de 440 voltios y 60 períodos a la semejanza de una central térmica de la época, un proyecto único e innovador para aquellos tiempos.

Foto: Julian de Lucas
El `Marcelina de Ciriza´ con bandera argentina y sus colores obligatorios en 1977 a punto de zarpar de Pasajes con destino Buenos Aires.
El casco es botado el 29 de enero de 1960 construcción número 46 de Astilleros del Cadagua y se amarra en Erandio donde va a ser armado.
El proyecto de equipamiento del buque lo firma el ingeniero Francisco Lasa, amigo de Miguel Ciriza, para poder conseguir la licencia de importación de los equipos «Siemens» pero el ministro de comercio exterior López Bravo rechaza la licencia. López Bravo era ingeniero y había sido director del Astillero La Naval de Bilbao, su pretensión era que el proyecto fuese modificado. Hasta la intercesión del ingeniero Enrique Sendagorta, compañero de López Bravo en el ministerio y previa consecución del desarrollo del proyecto por parte de la oficina técnica naval «Sener» (empresa de los hermanos Sendagorta y varios socios) se conceden las licencias de importación, han pasado dos años en la tramitación burocrática.
Mientras tanto los hermanos Miguel y Agustín forman sociedad al 50 por ciento con la familia «Eraso» de Vigo al que venden la mitad de las acciones de la sociedad anónima «Casa Ciriza». Miguel Eraso convence a Miguel Ciriza para el equipamiento del barco en los astilleros vigueses Factoría Vulcano (Enrique Lorenzo y Cia. S.A.) finalizándose en el año 1965 donde ejerce de madrina Marcelina Alarcia de Ciriza, asisten a la entrega diversas personalidades relacionadas con la industria naval por tratarse de un proyecto de propulsor inédito y avanzado más de medio siglo a su tiempo, pero se han perdido ocho años desde que la Subsecretaria de la Marina Mercante da autorización de construcción el 11 de enero de 1957 hasta su entrega. Debido a estos retrasos sobre todo administrativos, la innovación de la congelación aplicada a buques de pesca ideada y trazada por la «Casa Ciriza» es protagonizada en nuestro país por «Pescanova» que se adelanta en su aplicación.

Foto: La Capital
El `Marcelina de Ciriza´ varado frente a ciudad de Mar del Plata donde se convirtió en un reclamo turístico. Su varada frente a la Avenida Constitución después de navegar 8 millas sigue siendo una aventura curiosa.
El «Marcelina de Ciriza» mide 90.60 metros de eslora por 13.02 metros de manga y 6.80 metros de puntal, desplaza 2.624 TRB, equipa dos motores eléctricos «Siemens» de 880 KW cada uno (2.288 HP aprox.) a 890 r.p.m. Velocidad 10.44 nudos. Capacidad de tanques 650 toneladas de gasoil y consumo diario de 9.5 tons. Capacidad de carga 1.200 toneladas de filete o bloque congelado, 300 toneladas de harina, 115 toneladas de aceite y 75 toneladas de hígado. Sale foliado VI-5-8604 pasando en 1972 al registro vasco SS-2-1866. Señal distintiva E.D.C.K.
VIDA MARINERA DEL «MARCELINA DE CIRIZA»
Tras las pruebas de mar y arranche, el buque sale de Vigo el 16 de febrero de 1965 consignado a los caladeros de Sudáfrica a las órdenes del capitán Román Martínez y un rol de 54 tripulantes incluido un médico. La primera entrada se realiza en Lisboa para meter abordo unas puertas de arrastre portuguesas de 1.500 kilos en vez de los 1.100 kilos programados. A los setenta y siete días entra sellado en Vigo con 1.500 toneladas de pescado.
El 5 de enero de 1968 el «Marcelina de Ciriza» entra en Barcelona cargado con 1.500 toneladas procedente de Sudáfrica, es el primer pesquero congelador que entra a descargar en ese puerto, la causa se debe a que Barcelona absorbe el 80 por ciento de la producción pesquera de la Casa Ciriza y el precio del congelado ha bajado tanto que se ahorran los fletes Vigo-Barcelona por carretera o tren.
En 1975 el «Marcelina de Ciriza» realiza una campaña experimental por cuenta propia en el Pacifico, en la zona de Vancouver, con un resultado nulo, tras pasar el Canal de Panamá es enviado de nuevo a Sudáfrica y a finales de junio entra a descargar en Málaga, a su término es enviado a Pasajes donde amarra definitivamente. La Casa Ciriza, empresa madre de las sociedades Ciriza Hermanos, Cirimar, Cirtum y Fremar presenta suspensión de pagos en un año donde pierden dos barcos, el 8 de septiembre de 1975 arde el «Pili Ciriza» en alta mar, pareja del «Mari Ciriza» al fresco, con pérdida total. El 25 de octubre el «Cachuelo» arde y se hunde sellado de besugo en ruta a Pasajes formando parte del trío con «Angelote» y «Akarlanda». La pareja que mantienen a Terranova «Estornino»-«Esturión» realizan en 1975 una sola campaña donde no completan y quedan amarrados definitivamente. La recompra del 50 por ciento de las acciones de Casa Ciriza en manos de la Pesquera Vasco-Gallega de Eraso, las inversiones del atunero «Agustín Primero» y el bou «Miguel Primero» sumado al fallo de la pesca por la gran competitividad e incremento desmesurado de flota nacional en caladeros habituales hacen colapsar la compañía.
Jaime Salama dueño de la multinacional «Transáfrica» que comercializa principalmente con cereales y dueño de la compañía «Pescafina» (absorbida más tarde por «Pescanova») adquiere en 1976 la Suspensión de Pagos de Casa Ciriza a cambio de la cooperación de Miguel Ciriza como Director Técnico de la flota que posee en Argentina, en Necoechea la filial «Huemul» con seis barcos al fresco (los llamados cajoneros) y la compañía mixta «Transhue» que formaliza en Mar de Plata, unión de la española «Casa Ciriza» y la argentina «Huemul» a la que envía abanderados los buques «Marcelina de Ciriza» y «Virgen de la Estrella».
El «Marcelina de Ciriza» zarpa de Pasajes el 2 de septiembre de 1977 con bandera argentina capitaneado por Román Martínez. El 27 de septiembre entra en Buenos Aires para trámites administrativos, saliendo para caladeros en inicio de campaña el 29 de octubre. El 5 de noviembre ya arriba a Necoechea con problemas del personal laboral, algo que será habitual en su estancia antártica. Era el año 1978 y la pesca en congeladores factoría no era una práctica común por lo que las estancias largas en alta mar eran boicoteadas por diversos motivos, entre ellos averías. Éste año sufre incluso una rebelión abordo. La dirección in situ de Miguel Ciriza y sus decisiones con el personal reconducen la situación, se incrementa la tripulación a 77 hombres, la abundancia de pesca hace completar bodega en un mes, en 1979 cierran el año con 3.000 toneladas de merluza, otro tanto de pota y 310 mil kilos de harinas.
El 23 de julio de 1980 entra el «Marcelina de Ciriza» en Mar del Plata con incendio en la bodega del entrepuente donde van las cajas de cartón, a los tres días amarrado al muelle con el fuego amainando, la Capitanía del Puerto y las Autoridades deciden abrir la escotilla y que los bomberos apaguen con agua lo que queda, reactivándose el incendio de forma que quema instalación eléctrica, sala de grupos electrógenos, sala de propulsión y sala de compresores de frío.
La avería del buque junto a la quiebra fraudulenta de «Transáfrica» dio con el amarre definitivo del «Marcelina de Ciriza» a puerto y aunque intentó repararse y reactivarlo nunca se cubrió más que la mitad de sus instalaciones eléctricas quemadas.
El barco sufrió toda clase de robos y esquilme: cobre, bronce, instrumentos de navegación, herramientas … pese a la labor de un único guardián encargado de su vigilancia.

El 20 de junio de 1991 Mar del Plata sufre uno de los peores temporales que recuerdan, los vientos huracanados dejaron cuatro muertos y 50 heridos en la ciudad. Las amarras del congelador de Ciriza no soportaron el empuje del tiempo adverso, el guardián Saúl Ángel consiguió saltar, junto a dos perros, al espigón 7 donde abarloaba el barco. El «Marcelina de Ciriza» abatió hacia la salida del puerto, sin timón, sin máquina y sin tripulación esquivó la angostura entre las escolleras norte, la de Playa Grande, y la sur, la del Cristo, saliendo mar adentro donde reinaba el fuerte oleaje, bordeó la costa con rumbo norte esquivando los salientes rocosos de la costa y la peligrosa zona del Cabo Corrientes incluso con calma, después de recorrer de forma milagrosa 8 millas fue encallar a menos de 100 metros de la costa, frente a la marplatense Avenida Constitución, convirtiéndose desde entonces en símbolo turístico y parte del paisaje ciudadano hasta que la mar acabó deshaciéndolo y engulléndolo por completo.
Fuente de la información: Industrias Pesqueras