Sturzenegger no quiere que le auditen empresas del estado que pretende privatizar o cerrar (AGP unas de ellas)

La AGN se encarga de realizar el control externo de la gestión presupuestaria, económica, financiera, patrimonial, legal y de gestión del sector público nacional y siempre está dirigida por un representante de la oposición. El actual Auditor General es Juan Manuel Olmos. 

Las empresas en estas condiciones son Arsat, Empresa Argentina de Navegación Aérea, Canal 7, la Casa de la Moneda, Educar, Aerolíneas Argentinas, Fabricaciones Militares y Administración General de Puertos.

En este último caso es de destacar que queda manifiesta la complicidad que existió y existe entre el «massismo» residual y las actuales autoridades, en la cabeza del interventor Gastón Benvenuto, a tal punto que la negativa a someterse a una eventual «auditoría» no podría dar otro resultado que el mal manejo y por qué no el posible vaciamiento de la empresa estatal.

Es imposible justificar la empecinada posición, del gobierno Nacional, de ir contra la Constitución, desafiar a los otros poderes del estado y fabricar hipótesis de corrupción y negligencia, como lo hace con Fabricaciones Militares, las Universidades Nacionales, Arsat, Aerolíneas Argentinas, y la Televisión Pública.

En cambio, en el caso de la Administración General de Puertos, su decadencia no se inició con el gobierno de Javier Milei, por el contrario fue el «massismo» durante los dos últimos años del gobierno de Alberto Fernández, con la continuidad de estos 10 meses de la Libertad Avanza.

Las prórrogas de las concesiones de las terminales en Puerto Buenos Aires, la renegociación del contrato con Buquebus, el alquiler de un edificio en Puerto Madera para la administración central, el ingreso de más de 300 trabajadores vinculados a la militancia de Massa y la continuidad de sus funcionarios en la actual gestión, son solo algunas de las evidencias que se han generado para no querer que la Auditoría General de la Nación, cumpla con sus funciones constitucionales.

La amenaza de cierre de la Administración General de Puertos, fué solo una bomba de humo para justificar que sin mayor trámite, el puerto capitalino pase a manos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, controlada por Jorge Macri. La ciudad PRO, viene desde hace mucho tiempo, reclamando para si el puerto, y esta es la oportunidad para avanzar en ese sentido, que nada tiene que ver con el Comercio Exterior de nuestro país, por el contrario está vinculado a un mega negocio inmobiliario y un desarrollo turístico con los cruceros internacionales adentro, en lo que se podría llamar «Puerto Madero 2da. etapa» y en esto las patas Milei-Macri-Massa están todas de acuerdo.