Abrieron las recámaras del buque Tai An en el puerto de Ushuaia y encontraron ejemplares juveniles de la especie de entre 20 y 30 centímetros (un ejemplar maduro mide entre 1.5 y 1.8 metros), que no se pueden pescar por estar protegidos a nivel global.
“Hicieron un desastre ecológico”, aseveró al diario Clarín uno de los agentes. En las cámaras frigoríficas del TAI AN, se constató la abundancia de juveniles de merluza era tan notoria como alarmante. Juveniles de 22 centímetros promedio, según las mediciones que quedaron en registro y cuyas fotos se adjuntan en esta nota.
La merluza negra es una especie frágil. Prácticamente no se puede pescar. Su sabor y la escasez la vuelven muy codiciada como producto de consumo suntuario global. Lo que se permite pescar es mínimo y debe reunir características muy específicas. Su captura se debe realizar con artes de pesca específicas (Palangres – Leneas con Anzuelos) que hacen que solo se capturen ejemplares adultos, para preservar la especie.
«Ellos sabían lo que estaban pescando”, explicaron las mismas fuentes. “Lo tenían tan claro, que lo estaba ofreciendo para venta en el mismo momento en que lo sacaban”, agregaron.
La denuncia que preparan las empresas tenedoras de cuota de merluza negra contra la propietaria del buque TAI AN, incluye pedido de deportación del «asesor pesquero» o «pesca» de nacionalidad noruega por atentar contra recursos naturales y no contar con la habilitación necesaria.
No se ha
Después de varias idas y venidas, la inspección de la carga, con presencia del Subsecretario de Pesca de la Nación, Antonio Cazorla, se realizó a primera hora del pasado jueves. Las demoras estuvieron relacionadas con pedidos realizados por el dueño de la embarcación, el ciudadano chino Liu Zinjhang. Su argumento de defensa sigue siendo que todo ese volumen de merluza negra se debe a pesca incidental. Pero se trata de un argumento poco creíble, ya que la ley federal de pesca establecen como límite de By Catch de merluza negra debe ser 5 toneladas. “Tendrían que haber parado de pescar después del primer tiro, pero lo siguieron haciendo”, explican los funcionarios.
“El caso del buque Tai An, que pescó toneladas de merluza negra juvenil de forma ilegal, sin tener permiso para hacerlo, refleja no solo la impunidad de algunos actores de la pesca en nuestro país sino también la falta de conciencia ambiental y por ende del impacto negativo que tiene sobre nuestro ecosistema marino un hecho como este”, explica desde la ong «Sin Azul no Hay Verde«, la activista Lucía Castro.
«No solo debería estar en discusión la ilegalidad del acto sino también la práctica utilizada (pesca de arrastre) y las consecuencias ambientales que ocasiona. Si la pesca realizada fue directa o incidental a estas alturas en material ambiental ya no es relevante: el ecocidio ya sucedió”, agrega.
“La pesca indiscriminada de 163 toneladas de merluza negra, de las cuales gran parte son juveniles, significa una depredación a la vida marina y un ataque al frágil equilibrio del ecosistema” sostuvieron desde la ONG.
La merluza negra está protegida por un sistema de cuotas que fija el Consejo Federal Pesquero, además, de ser una de las cuatro especies que se preserva a nivel global. Los barcos, además de los permisos de pesca nacional correspondientes, tienen que tener una cuota asignada para poder hacer las capturas. El Tai An no tenía cuota autorizada.
La ley federal de pesca establece que para una falta de este calibre además de una multa millonaria y el decomiso de la mercadería, la parada en puerto por al menos sesenta días y hasta la posible pérdida del permiso de pesca.
Falta definir que sanción le corresponde al Capitán de la embarcación y al funcionario de cancillería, hoy renunciado, que permitió que la pesca continuara, además de la recolección de otras pruebas que pueden agravar la situación de todos los responsables, como por ejemplo que arte de pesca se utilizó, que informaron el inspector y el observador a bordo, en que zonas se pescó, cuanto duró cada lance de pesca, que cantidad de juveniles que venían acompañando el lance, y cuestiones que hacen a la búsqueda de la verdad con relación al desastre producido por los involucrados.
HABLO EL PROPIETARIO DEL BUQUE
Liu Zhijiang, el empresario pesquero chino dueño del barco TAI AN admitió no tener cuota autorizada para pescar merluza negra, pero aseguró haber presentado una denuncia para recuperarla. «Yo tenía [cuota autorizada] y me la sacaron. Había hecho una denuncia para que me la devuelvan», explicó.
Liu relató que había ido a pescar merluza polaca, pero que en la zona también había merluza negra. «No sé porqué: a lo mejor se casan, hacen fiestas, no sé qué hacía ahí la merluza negra. Tiré la red. Sacamos 70 toneladas», detalló.
«No hay ningún desastre», afirmó Liu. «Hicieron la inspección, la filmaron y filtraron esa foto de juveniles para perjudicarme. No son juveniles y esas toneladas son por pesca incidental», dijo el empresario chino a Clarín, acompañado por su abogada, María Eugenia Chiarvetto.
El empresario sostiene que la captura de la especie protegida fue incidental y que no se trataba de ejemplares juveniles, como se había sugerido en una imagen filtrada. La abogada Chiarvetto argumentó que el barco de Liu es sostenible y sustentable, y que la pesca incidental es común en la pesca con red de arrastre.
La abogada reveló que el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, había intercedido el 5 de febrero para que Liu obtuviera una cuota extra de merluza negra, a pedido de las empresas.
Liu Zhijiang enfrenta denuncias de tres empresas competidoras, pero mantiene su inocencia y espera poder reanudar sus operaciones.
Mientras el cargamento permanece congelado en el puerto, a la espera de una decisión sobre su destino final, la controversia no hace más que crecer. La captura ilegal e indiscriminada de merluza negra pone de relieve los desafíos que enfrenta la conservación de los recurso marina frente a las prácticas de pesca irresponsables. Castigo a los responsables.