Tras el anuncio del Presidente Milei, la Armada Argentina se encamina a recuperar su Fuerza de Submarinos

Las recientes declaraciones del Presidente Javier Milei confirmaron una noticia muy esperada en el ámbito de la Defensa: La Armada Argentina se encamina a recuperar su Fuerza de Submarinos gracias a una futura adquisición de unidades producidas por astilleros de Francia.

Hace poco menos de un año, el Ministerio de Defensa de Argentina confirmaba la rúbrica de una Carta de Intención para la adquisición de nuevos submarinos de ataque clase Scorpène para la Armada Argentina. “…Este primer hito en las negociaciones entre los gobiernos de Argentina y Francia tuvo como marco la visita realizada por el titular de la Cartera de Defensa, Luis Petri, al país Europeo, donde se entabló una agenda bilateral en la cual se registraron reuniones con el Ministro de las Fuerzas Armadas francesa, Sébastien Lecornu…”, se informaba oportunamente desde Zona Militar.

Por aquel entonces, fuentes próximas a Defensa señalaron que la firma de una Carta de Intención no vinculante sería el primer paso para formalizar, en el mediano plazo, la adquisición de tres submarinos clase Scorpène, sin brindar mayores detalles.

Vale destacar que la administración había tenido la previsión de incorporar la compra de submarinos en el Proyecto de Presupuesto 2025, iniciativa que finalmente no sería aprobada. El monto de la inversión, previsto en el Anexo de Operaciones de Crédito Público, ascendía a la suma de USD 2.300 millones de dólares.

La recuperación de la capacidad submarina de la Armada Argentina es un proyecto que ya lleva varios años, teniendo su génesis tras el luctuoso accidente del ARA San Juan S-42. Tanto la gestión pasada, como en la actual, evaluaron diversas propuestas elevadas por algunos de los astilleros más importantes de Europa.

De las opciones en consideración, la Jefatura de Gabinete mencionó en su Informe N° 139 de mayo del 2024 que, “…para la Armada de la República Argentina se evalúan varias ofertas para la construcción de 3 submarinos clase “SCORPENE” o clase “209”. Además, se evalúa la posibilidad de adquirir un submarino “de transición”. El plazo para la incorporación de estos sistemas es parte integral de las conversaciones que se llevan a cabo…”.

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Con el proceso de selección aún sin definir, a inicios del 2025 el gobierno de Alemania avanzaba en la aprobación de garantías con el objetivo de brindar el soporte necesario para que la propuesta por submarinos Tipo 209NG presentada por TKMS (ThyssenKrupp Marine Systems) llegara a buen puerto.

Un punto a favor de los submarinos germanos ha sido la experiencia de la Armada Argentina en unidades de este origen, tanto en unidades de la clase Tipo 209/1200 como en los TR1700. Además, alumnos y personal submarinista argentino mantiene un estrecho lazo con la Marina de Guerra del Perú, fuerza que pone a disposición sus Tipo 209/1200 para la formación y capacitación de los marinos nacionales.

Por su parte, la experiencia con los astilleros franceses es más reciente gracias a adquisición de los patrulleros oceánicos clase OPV 87 / 90, compra impulsada durante la gestión del Presidente Mauricio Macri, y que finalizó en la administración del Presidente Fernández. Como punto destacable, se trató de uno de los pocos proyectos de relevancia (con una inversión que rondó los 300 millones de euros) que trascendió gobiernos de distinto color político, algo que no debería resultar inusual pero que en Argentina es todo un logro.

La adquisición de los patrulleros oceánicos de la clase OPV 87 / 90 no solo fue la primera experiencia con el astillero francés Naval Group, sino que permitió estrechar lazos con la industria francesas y con la misma Marina Nacional. También vale destacar el antecedente a la hora de llevar adelante la financiación de la compra, algo que también se espera para la potencial adquisición de los submarinos Scorpène.

La compra de sistemas de gran complejidad, como son los submarinos de ataque de propulsión convencional Scorpène, tienen que evaluarse en un marco del mediano a largo plazo, no solo por los tiempos de construcción sino por todos los ciclos que deben completarse hasta que las unidades entren en servicio.

Por esta razón, el anuncio no deja de ser una grata sorpresa para la comunidad de Defensa Argentina, ya que han sido pocas las administraciones que han tomado una decisión tan relevante para el re-equipamiento de la Armada Argentina, sumado a que también existe la posibilidad que los resultados finales los vea un gobierno de otro color político.

De momento, solo queda aguardar la formalización de un contrato. Este acuerdo no solo marcará el primer paso para la recuperación de una capacidad que la Armada Argentina nunca tuvo que haber perdido, sino que es esperable que replique las implicancias que traen aparejadas estos programas de gran relevancia, como ha sido la incorporación de los cazabombarderos F-16 Fighting Falcon a la Fuerza Aérea Argentina.

Fuente: Zona Militar

Imagen de portada ilustrativa. Créditos: US Navy – Mass Communication Specialist 2nd Class Sara Eshleman

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