No sorprendió la falta de ofertas ya que las condiciones del pliego no estaban dolarizadas, y las empresas dragadoras evaluaron la fuerte devaluación que hizo el gobierno tras las Paso lo que terminó de definir la suerte de la obra.
Dragar el canal Magdalena, una vía de acceso desde el océano al sistema de navegación argentino que beneficiaría a los puertos del sur bonaerense, no le interesó a las operadoras del sector y este jueves quedó desierta la licitación que promovió el gobierno nacional.
Si bien, en un principio, la apertura de sobres había sido fijada para el 31 de julio a las 15, se decidió postergarla para el pasado jueves, en virtud de la excesiva cantidad de consultas técnicas y administrativas recibidas a través del Portal Contrat.Ar.
El pliego de la licitación Licitación Pública Nº 451-0006-LPU23, disponía que la empresa dragadora debería contar con experiencia concreta en la ejecución de tareas, trabajos y obras similares, específicamente de trabajos de dragado de apertura y/o de mantenimiento. Los mismo debía haber sido ejecutados en territorio y aguas nacionales, o en el exterior.
La licitación estaba orientada a la “Construcción del Canal Magdalena desde la progresiva kilómetro 143,074 del Canal Punta Indio, El Codillo, hasta la isobata de 11 metros – Río de la Plata – República Argentina” bajo el régimen de la Ley de Obras Públicas Nº 13.064, por el sistema de Ajuste Alzado pero estaba presupuestada en pesos.
El dragado del Canal Magdalena esta señalada por amplios sectores vinculados al comercio exterior y la industria naval como una obra clave para el país y la provincia de Buenos Aires. La apertura de esta vía permitiría conectar el Río Paraná con el Mar Argentino, sin necesidad de pasar por Uruguay como sucede actualmente con el Canal Punta Indio. Contaba con el apoyo del gobierno bonaerense, principal impulsor de la misma, y de los gobernadores de las provincias con litoral fluvial en la vía troncal navegable Paraná-Paraguay, pero también la fuerte oposición de sectores exportadores , que operan fundamentalmente en el entorno al Puerto de Rosario.
Como se dijo, el principal escollo por el que atravesó el proceso licitatorio, estuvo fundado en el mecanismo de actualización de los valores en pesos.
La postergación de la apertura de los sobres, que llevo la misma a unos días posteriores a las primarias, abonó la teoría de las dragadoras y de los detractores de ella. La fuerte devaluación que produjo Argentina a partir del, 14 de agosto termino por convencer a las empresas (todas de capitales internacionales) a desistir de presentar ofertas.
Las sospechas sobre el fuerte lobby empresario que presionaba a funcionarios del gobierno nacional (Beni, Hogan, Giuliano, etc.), para no avanzar con este proyecto finalmente se confirmaron. Para hacerlo había que enfrentarse a sectores con mucha influencia expresados especialmente en la Bolsa de Cereales de Rosario.