El daño en la infraestructura ferroviaria es severo y, según estimaciones preliminares, su restablecimiento demandará no menos de diez meses. En ese período, el grueso de la producción que tradicionalmente se movilizaba por tren—en torno al 30% de las nueve millones de toneladas que salen anualmente desde el complejo puerto de Bahía Blanca—deberá ser transportado por carretera, un sistema considerablemente más oneroso.

El presidente de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Maximiliano Abraham, advirtió sobre el impacto de esta situación. “El sobrecosto que enfrentaremos será muy importante y sin dudas afectará la rentabilidad de toda la cadena”, señaló.
Un sistema tensionado y sin alternativas inmediatas
El encarecimiento del transporte no solo responde a la mayor dependencia del camión, sino también a las dificultades operativas que esto implica. Según Abraham, por cada vagón ferroviario que no pueda circular se requerirán al menos dos camiones adicionales, lo que elevará la presión sobre las rutas y la infraestructura portuaria.
Ante este escenario, se anticipa un refuerzo en la operatividad de los puertos, con jornadas de trabajo extendidas y un esquema prácticamente ininterrumpido para absorber el nuevo caudal de camiones. “Siempre se trabaja en doble turno, pero ahora habrá que hacerlo en triple, prácticamente durante las 24 horas. Todo esto implica un gasto mucho mayor”, explicó Abraham.
La gran incógnita radica en cómo se distribuirán estos costos adicionales a lo largo de la cadena. El agro ya viene de un año de ajuste por las retenciones y los cambios en la macroeconomía, y este nuevo golpe logístico amenaza con deteriorar aún más la competitividad del sector exportador.
Cambio de tendencia en un contexto de recuperación
El impacto llega en un momento en el que el puerto de Bahía Blanca venía registrando una marcada recuperación en sus volúmenes exportados. Según datos de la Bolsa de Cereales, en 2024 se alcanzaron 10,5 millones de toneladas de maíz exportado, lo que representó un incremento del 42% respecto al año anterior, cuando la sequía había golpeado con fuerza al sector.
El complejo sojero también mostró una recuperación, con un aumento interanual del 198% y envíos que superaron las 1,4 millones de toneladas, impulsados principalmente por la demanda china, que concentró el 95% de los despachos.
El trigo, en tanto, registró un crecimiento del 94% interanual, alcanzando 1,5 millones de toneladas, aunque aún se mantiene un 27% por debajo del promedio de los últimos cinco años.
El interrogante ahora es si la pérdida de eficiencia logística podrá compensarse en otros aspectos de la ecuación comercial. Con la infraestructura ferroviaria dañada y un horizonte de costos en alza, la recuperación del comercio exterior en Bahía Blanca enfrenta un obstáculo que, más allá del temporal, pondrá a prueba la capacidad del sector para sostener su competitividad en los mercados internacionales.
El puerto comienza a reanudar sus actividades, aunque enfrenta desafíos significativos en sus accesos viales y ferroviarios.

A pesar de los daños en los accesos, las terminales y muelles del puerto no sufrieron afectaciones graves. Las operaciones se están retomando de manera paulatina, con la reciente partida del buque «Paul», que zarpó con 4.500 toneladas de butano rumbo a Brasil.
Actualmente, el ingreso de camiones al puerto se ha restablecido parcialmente, pero el servicio ferroviario permanece interrumpido debido a los daños en las vías. Las autoridades portuarias están trabajando para evaluar y reparar la infraestructura afectada, con el objetivo de normalizar completamente las operaciones en el corto plazo.
El intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, informó que la ciudad ha perdido el 70% de su capacidad operativa debido al desborde de los cursos de agua que la atraviesan. Además, se estima que la reconstrucción requerirá una inversión no menor a 400 mil millones de pesos. La reactivación del puerto es crucial para la economía regional y nacional, ya que Bahía Blanca es uno de los principales puntos de exportación de productos agrícolas y energéticos de Argentina. Las autoridades locales y nacionales están coordinando esfuerzos para acelerar la recuperación de la infraestructura y garantizar la continuidad de las operaciones comerciales.
Fuente: Forbes Argentina