Guerra comercial: tregua entre EE.UU. y China por 90 días

Estados Unidos y China dieron un paso clave para frenar la escalada de tensiones comerciales que se arrastra desde la presidencia de Donald Trump. Ambas potencias acordaron una reducción del 115% en los aranceles que se habían impuesto mutuamente y firmaron un nuevo convenio que tendrá una vigencia de 90 días.

El anuncio fue realizado por el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, tras dos días de intensas reuniones con la delegación asiática. Según detalló, las importaciones chinas pasarán a pagar un arancel del 30%, mientras que los productos estadounidenses ingresarán a China con una tarifa del 10%.

Lo que implica el nuevo acuerdo

La duración de 90 días del nuevo pacto no es casual. Ese será el plazo estipulado para continuar las negociaciones con el objetivo de alcanzar una solución definitiva al conflicto comercial. Durante ese tiempo, se espera que ambas naciones exploren mecanismos duraderos para evitar futuras confrontaciones tarifarias.

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“Uno de los aspectos más positivos fue haber comenzado a reparar las relaciones que se habían dañado”, aseguró Bessent. Además, confirmó que se activará un mecanismo bilateral de consulta que funcionará como “una vía de escape” frente a posibles nuevas escaladas.

Un acercamiento que sorprendió hasta a los negociadores

El tono optimista se repitió en las declaraciones del alto representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, quien había anticipado el domingo que se había logrado “un progreso sustancial”.

Greer destacó la rapidez con la que se llegó a este entendimiento “Eso demuestra que las diferencias quizás no eran tan grandes como pensábamos”. El funcionario no solo resaltó el acuerdo arancelario, sino que también reveló que, por primera vez, se discutió abiertamente con China la crisis del fentanilo que afecta a EE.UU.

Fentanilo: otro punto clave en la agenda

La Casa Blanca aprovechó el canal de diálogo para pedirle a China medidas concretas contra la producción y exportación ilegal de los químicos utilizados en la fabricación del fentanilo, un opioide sintético que alimenta una grave epidemia en Norteamérica.

Según Greer, “hubo un compromiso sorprendente” por parte de Beijing. “Era la primera vez que China entendía realmente la magnitud de lo que pasa en Estados Unidos”, sostuvo.

Por: Juan Manuel Villarreal para Grupo Provincia