Como parte del plan del reequipamiento que viene realizando el gobierno para las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, Luis Petri, viajó a Italia para negociar la compra del buque San Giorgio.

Se trata de un buque de guerra «de asalto anfibio» que puede transportar tropas de infantería, que cuenta con capacidades que la flota de mar de la Armada no dispone actualmente.
La fuerza nacional hace décadas que no tiene un navío de este estilo, capaz de llevar a las tropas con todo su material, incluso el más pesado, a cualquier lugar, desembarcarlos aún sin existir muelle ni puerto.
Entre sus características, el San Giorgio resalta por su desplazamiento de casi ocho mil toneladas, eslora de 133,3 metros y manga de 20,5 metros. Cuenta con sensores SMA SPN-748 (navegación), SMA SPS-702 (superficie-aire) y Selex RTN-10X (dirección de tiro) y su propulsión es de dos motores diésel Fincantieri GMT A 420.12.

Esta nave puede transportar a 350 efectivos de infantería junto 30 vehículos de diverso tipo, como los LVTP, de asalto anfibio. No posee un hangar para aeronaves, pero tiene una cubierta de vuelo para que operen helicópteros ligeros y medianos de varias clases.
Es un buque usado, que la Armada Italiana tiene decidido dar de baja próximamente. El San Giorgio al igual que el San Marcos, son las dos unidades más antiguas de la clase, que entraron en alta en 1988.
El ministro de Defensa viajó el pasado lunes hacia Italia y también visitó Bélgica, donde ratificó la intención de nuestro país de ser socio global de la alianza de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
