El trabajo no es una mercancia. A 78 años de la declaración de la OIT

Fue durante una asamblea realizada en la ciudad estadounidense de Filadelfia, el 10 de mayo de 1944

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) declara que el trabajo “no es una mercancía”. Advierte además que “todo ser humano debe perseguir su bienestar” bajo leyes laborales que respeten sus derechos.

En 1944, la 26a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, congregada en Filadelfia, adopta una Declaración referente a las metas y objetivos de la Organización International del Trabajo (pdf 51 KB). Dicha declaración, comúnmente denominada Declaración de Filadelfia, fue incorporada en anexo a la Constitución de la OIT (pdf 143 KB) revisada de 1946, en reemplazo del artículo 41 de la versión precedente de la Constitución.

La Declaración de Filadelfia, que ya anticipaba el advenimiento de la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los derechos del hombre a las cuales sirvió de pauta, es todavía en la actualidad la carta de los objetivos y principios de la OIT.

Las recomendaciones contenidas en la Declaración se sitúan en la más amplia perspectiva: conciernen no sólo al mundo del trabajo sino también al ser humano en su conjunto. Sus destinatarios directos son « todos los seres humanos, cualesquiera fueren su raza, credo o sexo ».