Estados Unidos, Finlandia y Canadá han acordado colaborar en la construcción de rompehielos en el marco de la Cumbre del 75º Aniversario de la OTAN, celebrada el 11 de julio en Washington.
El Esfuerzo de Colaboración en la Construcción de Rompehielos, o Pacto ICE, “se compromete a realizar un esfuerzo de colaboración para seguir construyendo los mejores rompehielos árticos y polares y otras capacidades árticas y polares en cada uno de nuestros respectivos países, compartiendo conocimientos, información y capacidades”, según una declaración conjunta de las tres naciones.
El anuncio se produce en un momento en que Estados Unidos se esfuerza por modernizar su pequeña y anticuada flota de rompehielos, que se utilizan en las regiones polares norte y sur.
La Guardia Costera de Estados Unidos es responsable de la operación de los rompehielos de la nación, pero se ha quedado con dos buques en funcionamiento, ya que – y su socio de la Armada – han luchado para construir el nuevo Polar Security Cutter. Estados Unidos no ha construido un nuevo rompehielos pesado desde la década de 1970, y la pérdida de experiencia ha sido uno de los factores de los retrasos del programa.
En mayo, la Oficina Presupuestaria del Congreso estimó que el coste total de los tres buques ascendería a 5.100 millones de dólares, un 60% más que la estimación más reciente de la Guardia Costera, de marzo. Los astilleros Bollinger, con sede en Luisiana, han empezado a trabajar en el primero de los tres cúteres polares de seguridad previstos.
La necesidad de contar con nuevos rompehielos se debe a que el cambio climático está reduciendo la cantidad de hielo en el Ártico en los meses de verano, lo que aumenta el tráfico marítimo en la región, y a qué países como Rusia y China tratan de explotar sus recursos naturales.
“En el Ártico, nuevas rutas marítimas más rápidas pueden crear nuevas oportunidades económicas y reducir los costes de transporte. Y en la Antártida, nuestra asociación también puede fomentar la investigación científica y la colaboración internacional”, afirma el comunicado.
“Esta asociación va más allá de la producción colectiva de rompehielos polares y sus capacidades, incluidos los buques con capacidad ártica y polar”, añade el comunicado. “Se trata de proporcionar a las naciones afines la capacidad de respetar las reglas, normas y estándares internacionales para mantener la paz y la estabilidad en las regiones ártica y antártica durante las generaciones venideras”.
En una declaración de la Casa Blanca publicada el 11 de julio se afirmaba que habrá tres componentes iniciales: mejora del intercambio de información entre los tres países; colaboración en el desarrollo de la mano de obra; y una invitación a aliados y socios para que adquieran rompehielos construidos en astilleros estadounidenses, canadienses o finlandeses. A finales de año se publicará un memorando de entendimiento conjunto más detallado, añadió.
En la declaración de la Casa Blanca se menciona el programa Polar Security Cutter de la Guardia Costera: “El Pacto ICE seguirá apoyando sus esfuerzos y el compromiso del presidente de construir más buques en astilleros estadounidenses”.
Sin embargo, las ambiciones del pacto van más allá de ayudar a Estados Unidos, decía.
“Debido a la intensidad de capital de la construcción naval, las carteras de pedidos de varios buques a largo plazo son esenciales para el éxito de un astillero. Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y Finlandia pretenden aprovechar los astilleros de Estados Unidos, Canadá y Finlandia para construir rompehielos polares para su propio uso, así como colaborar estrechamente con aliados y socios de ideas afines para construir y exportar rompehielos polares para sus necesidades con rapidez y a un coste asequible”, decía el comunicado de la Casa Blanca.
“Mediante la colaboración diplomática, los astilleros centrados en la construcción de rompehielos polares pueden alcanzar la escala necesaria para reducir los costes para los aliados y socios que necesitan acceder a las regiones polares”, añadía.
En la declaración conjunta se indica que en los próximos seis meses los socios desarrollarán conjuntamente “un plan de implementación de esta colaboración para construir estos buques de gran complejidad y vital importancia para nuestros aliados y socios con intereses y responsabilidades en las regiones ártica y antártica”.
“Esta asociación reforzará las industrias de construcción naval de cada país con el objetivo de crear puestos de trabajo bien remunerados en los astilleros, los fabricantes de equipos marinos y muchos otros servicios relacionados en los tres países”, añadió.
En un comunicado, Davie, constructor naval con sede en Quebec (Canadá), afirma que la demanda de “buques especializados y difíciles de construir” está en su punto más alto, con más de 80 proyectos abiertos entre los países occidentales.
“En el marco del Pacto ICE, la colaboración diplomática mundial ayudará a los constructores de rompehielos a aprovechar estas oportunidades”, afirmó el constructor naval, que también gestiona el astillero de Helsinki (Finlandia).
Fuente: Stew Magnuson / galaxiamilitar.es