Expertos piden más límites a la pesca de arrastre para salvar los océanos

Según los expertos, la proliferación de áreas marinas que sólo tienen protección legal, pero no real.

Barco pesquero

El objetivo de proteger el 30% de todos los océanos de la Tierra es totalmente insuficiente e incluso “ridículo”, según algunos de los expertos que han participado esta semana en el IV Foro Marino de Ibiza, en el que se han analizado los problemas que sufre el medio oceánico y especialmente en Mediterráneo. Del mismo modo, han abogado por reducir drásticamente la pesca de arrastre si se quieren preservar los oceános.

“El 30% del océano protegido es un porcentaje ridículo”, señaló la presidenta de la Red de Áreas Marinas del Mediterráneo, Puri Canals. A su juicio, debería preservarse el 100% de los océanos y, en todo caso, detallando en qué áreas podría estar permitida la actividad humana, invirtiendo así el concepto actual.

Canals abogó por un cambio de paradigma: «Deberíamos discutir en qué zonas se pueden llevar a cabo actividades de impacto y no al revés [cuáles son las áreas donde se deben vetar]».

Según explicó la presidenta de la Red de Áreas Marinas del Mediterráneo, el 8,2% de este mar goza de algún grado de protección, aunque la mayor parte de estas áreas corresponden a los corredores de migración de los cetáceos, sobre todo entre Balears y la Península. Otras áreas menores se encuentran repartidas por el resto del Mediterráneo.

En todo caso, añadió, ese 8,2% de área protegida no debe hacer pensar en que se trata de una preservación eficaz, pues únicamente un exiguo 0,04% del total de superficie marina del Mare Nostrum dispone de protección y, además, con planes de gestión que garanticen esa preservación. El resto de áreas protegidas no tiene apenas restricciones a la pesca ni a la navegación, lo que las condena a su paulatina degradación.

Litoral de Capedera, en Mallorca

En parecidos términos se expresó el presidente de la organización conservacionista de Turquía Akdeniz Koruma Dernegi, Zafer Kizilkaya, quien denunció la misma situación. Afirmó que existen zonas teóricamente protegidas, pero sin apenas restricciones ni gestión.

«Son parques de papel que contentan tanto a los ministros como a la industria pesquera», subrayó Kizilkaya, cuya entidad dirige un modelo de gestión en la bahía de Gökova, al sudoeste de la Península de Anatolia, donde gracias al esfuerzo privado y la contratación de lanchas de vigilancia y personal especializado, se ha conseguido una gestión eficaz.

Se sigue subvencionando la pesca de arrastre

Este experto turco defendió la necesidad de reducir la pesca de arrastre a la mitad de cara a 2030 y denunció que esta industria dañina para el medio marino siga recibiendo subvenciones públicas, a nivel mundial, de hasta 35.000 millones de dólares.

En esta misma edición del Foro Marino de Ibiza, y pese al retraso que se achaca a España, el subdirector de Biodiversidad y Cambio Climático de la Fundación Biodiversidad, Ignacio Torres, explicó que se ha pasado de una protección del 1% de las aguas territoriales en 2019 a un 12% en la actualidad.

El experto en política oceánica internacional, el chileno Maximiliano Bello, relató lo sucedido con varias especies amenazadas, como la ballena azul, que estuvo al borde de la extinción, y la necesidad de implicar a la sociedad en la conservación marina.

Bello recordó que España, además de ser uno de los países que peca de mayor sobrepesca, es uno de los principales vendedores de aletas de tiburón al mercado asiático. Un tirón de orejas al que se sumó el biólogo marino Manu San Félix: «Somos de los últimos de la clase».

«España está muy atrás en la protección marina», lamenta Bello. En contraposición, el experto chileno puso el ejemplo de su país, donde, a pesar de la alternancia ideológica al frente de los tres últimos gobiernos, todos ellos han coincidido en la apuesta por el océano. Según detalló, el 43% del territorio marino de Chile está protegido.

Fuente: información.es