FRENTE PARLAMENTARIO EN DEFENSA DE LA INDUSTRIA NAVAL NACIONAL

Este es el momento clave para que la Industria Naval Nacional capitalice y utilice la experiencia brasileña en el armado de Frentes Parlamentarios en Defensa de la Industria Naval, que fueron artífices de la incipiente recuperación que está experimentando el sector en Brasil.

En el año 2014, el sector de la industria naval en Brasil llegó a contar con 82.742 trabajadores (44% de ellos en el Estado de Rio de Janeiro), además de generar 780 mil puestos indirectos de trabajo.

Sin embargo, entre 2015 y 2019, fueron cesanteados más de 60 mil operarios en astilleros y talleres navales brasileños, buena parte de ellos mano de obra calificada, principalmente debido al viraje en la política de compras de Petrobras, al encargar la construcción de buques y plataformas petroleras offshore en el exterior en lugar de hacerlo en astilleros brasileños, así como drásticas reducciones en los requerimientos de contenido local (bienes y servicios que deben ser de origen nacional).

Durante ese período, la industria naval en el Estado de Rio de Janeiro fue la que más puestos de trabajo perdió: aproximadamente 25 mil (70% de los trabajadores activos en el 2014).

Ante esa situación, en septiembre de 2017 se lanzó el Frente Parlamentario en Defensa de la Industria Naval en la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro, presidido por el Diputado Estadual (análogo a un diputado provincial en Argentina) Waldeck Carneiro e integrado por diputados estaduales de diversos partidos.

El lanzamiento también contó con la participación del Sindicato de Metalúrgicos (SINDIMETAL) de los municipios de Rio de Janeiro, Angra dos Reis y Niterói y representación del Sindicato Nacional de la Industria de la Construcción y Reparación Naval y Offshore (SINAVAL).

Durante la presentación, el Presidente de SINDIMETAL de Angra dos Reis comentó que: “en 2014 teníamos 7 mil operarios

trabajando en tres plataformas, actualmente solo tenemos una estación de trabajo con apenas 2.500 empleados”. Ante la caída de la actividad en la industria naval, el Municipio de Angra dos Reis dejó de recaudar 97 millones de reales por año, lo que significó menos inversiones en la ciudad, trabajadores cesanteados y menor consumo, causando un grave perjuicio para la economía municipal.

Asimismo, el Presidente de SINDIMETAL de Rio de Janeiro apuntó como uno de los factores de la crisis de la industria naval local al hecho de que Petrobras estaba realizando los encargos para la explotación petrolera offshore fuera de Brasil y declaró que: “tenemos que ejercer presión sobre Petrobras. Es preciso encontrar una salida a la crisis y volver a invertir en el Estado”.

La iniciativa de este Frente Parlamentario tenía entre sus metas movilizar a la sociedad del Estado de Rio de Janeiro en defensa de la recuperación de la industria naval, la renovación de inversiones en astilleros y talleres navales locales, el mantenimiento de la política de contenido local y la resistencia a la por entonces política de Petrobras de encargar la construcción de buques y plataformas offshore en el exterior.

Otro de los objetivos del Frente Parlamentario era perfeccionar la legislación referente a la industria naval y offshore, motorizando nuevos proyectos de ley en el Congreso de la Nación con los legisladores por el Estado de Rio de Janeiro. También se convocó a gremios, cámaras empresarias e instituciones civiles interesadas en el desarrollo económico estadual, promoviendo debates, simposios, seminarios y otros eventos pertinentes al sector, además de apoyar reivindicaciones que implicasen la creación de la infraestructura necesaria para el fomento de su industria naval.

El Presidente del Frente Parlamentario, Waldeck Carneiro, afirmó: “nuestra primera acción va a ser reunir agentes que quieran mejorar el sector para debatir una salida a la crisis. Antes vamos a realizar una reunión técnica y después debatiremos el tema en audiencia pública. El objetivo es contar con diputados nacionales, concejales y otros representantes de las tres ramas del gobierno” y agregó: “muchos gobernantes afirman que nuestra industria no es de calidad, que no tenemos la capacidad de construir grandes navíos y equipamientos y que debemos enfocarnos apenas en la reparación de embarcaciones. Estoy totalmente en desacuerdo. Ya fue probada nuestra calidad y de nuestros astilleros ya salieron navíos de todos los tipos. Es preciso inversión y una política que vuelva a valorizar los equipamientos nacionales”.

En esa línea, el Director de Ingeniería Naval de la Armada de Brasil, Almirante Mario Ferreira Botelho, aseguró que no hay industria naval fuerte sin el apoyo de los gobiernos: “infelizmente, en Brasil la industria naval vive ciclos de alzas y bajas. En cualquier país que tenga un fuerte sector naval hay una gran asociación con el gobierno, ya sea en Estados Unidos o China, por ejemplo. Esta industria es de base y precisa de apoyo institucional. Es así como funciona en el mundo entero. Nuestros astilleros están capacitados y precisamos acabar con esos ciclos de prosperidad y crisis”.

Previamente, en abril de 2017, la Asamblea Legislativa del Estado de Rio Grande do Sul había lanzado el Frente Parlamentario en Defensa del Polo Naval de Rio Grande, con el propósito de frenar el desmantelamiento de la industria naval en ese Estado. La propuesta del Frente Parlamentario fue impulsada por el Diputado Estadual Nelsinho Metalúrgico frente al verdadero “pedido de socorro” efectuado por trabajadores, representantes de universidades y el Intendente de Rio Grande, Alexandre Lindenmeyer, con motivo de la interrupción de actividades en astilleros locales y la consiguiente desvinculación de millares de trabajadores por el cambio en la política de compras de Petrobras.

El Diputado Nelsinho Metalúrgico, en su carácter de Presidente del Frente Parlamentario, explicitó el eje rector de la iniciativa: “precisamos articular todas las fuerzas políticas, sindicatos, trabajadores, diputados estaduales, diputados nacionales, nuestros intendentes, nuestras universidades tecnológicas para movilizar al gobierno del Estado para salvar al polo naval aquí en Rio Grande do Sul (…) se estructuró un inmenso parque industrial para dar cuenta de la demanda que Petrobras había presentado y hoy Petrobras se retira pudiendo convertir en chatarra toda esa tecnología, estructura y mano de obra calificada que conseguimos construir en los últimos 12 años”.

Cabe mencionar que desde el inicio de la política de industria naval destinada a la exploración y explotación del offshore brasileño, más de 15 millones de reales fueron invertidos en el Polo Naval de Rio Grande y más de 24 mil empleos directos fueron generados, sin contar los indirectos. El Intendente Lidenmeyer acotó que, en determinados momentos, Rio Grande y San José del Norte llegaron a crecer un 12% anual, generando de

4 a 5 empleos indirectos en el comercio de bienes y servicios por cada trabajador contratado por la industria naval, a lo que agregó: “resulta inadmisible abandonar estructuras listas, activos consolidados, equipamientos de última generación y mano de obra calificada. Brasil puede hacer más que exportar commodities. Puede tener una política industrial propia”.

Al respecto, el Vice-rector de la Universidad Federal de Rio Grande (FURG) y Director-Presidente de la Asociación Arranjo Produtivo Local (que reúne sindicatos, empresas, universidades, intendencias y otros segmentos en defensa del Polo Naval) aseguró que Petrobras sí tiene responsabilidad en la inducción de políticas públicas que generan desarrollo y que la industria naval, alrededor del mundo, especialmente en Asia, es vista como un sector estratégico, porque “genera mucho empleo, tiene potencial para el incremento de la renta y transformación socioeconómica así como contenido tecnológico (… ) Desgraciadamente, en Brasil, la sucesión de gobiernos, muchas veces con visiones de estado diferente, perjudican mucho a las políticas de largo plazo, que son esenciales para la industria naval”.

Finalmente, en julio de 2023, Diputados y Senadores lanzaron en el Congreso Nacional de Brasil el Frente Parlamentario Mixto en Defensa de la Industria Naval. El Frente Parlamentario, presidido por el Diputado Nacional y ex Intendente de Rio Grande Alexandre Lindenmeyer, tiene como objetivo que trabajadores, empresarios, universidades y el sector público propongan y apoyen iniciativas públicas y privadas que contribuyan al desarrollo económico y social de Brasil a partir de la expansión de las cadenas productivas generadas por el sector naval.

Durante la presentación, el Diputado Lindenmeyer ponderó que: “el Frente Parlamentario Mixto en Defensa de la Industria Naval Brasileña es un frente plural, de matices diferentes, mas con la misma idea de construir una pauta en común (…) Tengo la convicción de que hoy dimos un paso importante para el desarrollo de nuestro país, reuniendo representatividades plurales, pluripartidarias y de todos los estados brasileños…tenemos el desafío de desarrollar el contenido local, traer empleo, ingresos, tecnología, construcción de equipamientos y valorización de recursos humanos (… ) La industria naval es estratégica para Brasil. Su potencialidad para generar empleos, ampliar los ingresos de las familias y apalancar el desarrollo socioeconómico es inmenso, y el Frente Parlamentario estará al servicio de ese objetivo”.

Optimista en relación a la recuperación de la industria naval en Brasil, Sergio Bacci, Presidente de Transpetro (subsidiaria de Petrobras y el mayor operador logístico de hidrocarburos en América Latina) y ex Vicepresidente de SINAVAL, aseguró que Transpetro encargará la construcción de buques “con bandera brasileña, en astilleros brasileños, y con mano de obra brasileña”.

En Argentina, la exploración y explotación hidrocarburífera offshore y la producción de petróleo y gas natural no convencional en Vaca Muerta representan una oportunidad histórica única para impulsar el desarrollo de la Industria Naval Nacional.

El bloque offshore CAN-100 de la Cuenca Argentina Norte tendría la capacidad de producir 200 mil barriles de petróleo por día, duplicando la producción actual de YPF, lo que equivale a US$7.000 millones por año, sin contar con que los geólogos de YPF estiman que existen varios yacimientos más con las mismas características, multiplicando varias veces el volumen inicial proyectado.

Además, el gasoducto Néstor Kirchner y la construcción de otros dos gasoductos más conectando la formación de Vaca Muerta con terminales portuarias en el sur de la Provincia de Buenos Aires, posibilitarían en un plazo de diez años, la exportación de 25 millones de toneladas anuales de gas natural licuado (GNL), lo que a su vez requeriría 465 buques metaneros para su transporte.

Al conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia que dispararon la demanda europea de GNL, ahora se suma el aumento de la tensión en Medio Oriente. El Banco Mundial anticipa un escenario en el que el barril de crudo podría trepar hasta los US$175 en el corto plazo, permaneciendo en esos niveles tal como sucedió en la década del 70 tras el embargo petrolero impuesto por los países árabes.

A esto hay que añadir que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) proyecta que el consumo global de petróleo, impulsado por China e India, alcanzaría los 116 millones de barriles diarios para el año 2045, para lo cual se requerirán US$14 BILLONES en inversiones hasta ese año para satisfacer la demanda de petróleo, lo que representa una inversión media anual de US$610 mil millones.

Por esta razón, los abundantes recursos hidrocarburíferos argentinos serán altamente demandados a nivel mundial en los próximos años.

Sin embargo, Argentina aún no ha instrumentado políticas que permitan que parte de ese flujo de inversiones sea utilizado para impulsar a la industria nacional ni tampoco cuenta aún con la legislación necesaria que permita alcanzar objetivos relacionados con su propio desarrollo industrial y tecnológico.

Por su parte, el sector agropecuario argentino ya está trabajando en la formalización de un Frente Legislativo Agropecuario cuyo objetivo según Paulina Lescano, asesora de diversas organizaciones rurales, es: “trabajar en conjunto con todas las voces del Congreso, intercambiando ideas, generando una agenda en común del campo con la política, por el país (…) Soy optimista en que vamos a poder ir hacia algo similar a lo que existe en Brasil, una fuerte presencia del agro en el Congreso”.

Este es un momento de inflexión para que la Industria Naval Nacional, tal como lo está haciendo el sector agropecuario, capitalice y utilice la experiencia brasileña en el armado de Frentes Parlamentarios en Defensa de la Industria Naval que fueron artífices de la incipiente recuperación que está experimentando el sector en Brasil.

Argentina debe instrumentar un plan estratégico a mediano y largo plazo en el cual el desarrollo de la Industria Naval Nacional sea una política de Estado con eje en la integración regional, el crecimiento industrial y la transferencia tecnológica, dejando atrás el modelo de economía primarizada exportadora de commodities sin valor agregado.

De no hacerlo, Argentina transitará el destino de países como Angola, donde el auge en la exportación de hidrocarburos resultó devastador para la economía nacional, constituyendo una verdadera maldición también conocida como “enfermedad holandesa” cuyos efectos socio-económicos son muy difíciles de revertir.

Por Fabián Lugarini