Hace 80 años tiraron 200.000 barriles radiactivos en mitad del océano. Francia lidera la misión para recuperarlos

Entre 1946 y 1990, más de 200.000 barriles que contenían residuos radiactivos fueron deliberadamente hundidos en las profundidades del Océano Atlántico por varios países europeos. Estos contenedores, sellados en betún o cemento, se depositaron en las llanuras abisales del noreste del Atlántico, a más de 4.000 metros de profundidad y a unos 600 kilómetros de la costa de Nantes, Francia .

Este verano, una misión interdisciplinaria denominada NODSSUM, liderada por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) en colaboración con el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer), la Autoridad de Seguridad Nuclear y de Radioprotección (ASNR) y otros socios internacionales, se embarcará en una expedición de un mes para localizar y evaluar el estado de estos barriles sumergidos.

La primera fase de la misión, que comenzará el 15 de junio, tiene como objetivo cartografiar una zona de 6.000 kilómetros cuadrados del fondo marino utilizando sonar de alta resolución y el vehículo submarino autónomo UlyX, capaz de operar a profundidades superiores a los 4.000 metros.

Evaluación del impacto ambiental

Además de localizar los barriles, los científicos recogerán muestras de agua, sedimentos y fauna marina para analizar la presencia y el comportamiento de radionúclidos en el ecosistema profundo. Estas muestras permitirán evaluar los posibles efectos de los residuos radiactivos en la biodiversidad marina y en la dinámica de los ecosistemas abisales.

Para garantizar la seguridad, se implementarán medidas de radioprotección a bordo del buque de investigación, incluyendo el monitoreo y control de las muestras e instrumentos desde su recogida hasta su análisis en laboratorios en tierra.

Los datos recopilados durante esta primera expedición servirán para planificar una segunda misión que se centrará en el entorno inmediato de los barriles. Esta etapa implicará el uso de sumergibles tripulados o robots operados remotamente equipados con brazos mecánicos para observar directamente los barriles y tomar muestras en su proximidad.

La misión NODSSUM forma parte del proyecto PRIME RADIOCEAN, que busca comprender mejor los riesgos asociados con los residuos radiactivos en el medio marino y contribuir al desarrollo de políticas de gestión de residuos nucleares más seguras y sostenibles.

Fuente: María Dávila para as.com

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