Inglaterra vive una invasión de pulpos, que están devorando todo lo que encuentran

La invasión de pulpos en la costa sur de Inglaterra refleja la compleja interacción entre el cambio climático, la economía pesquera y la ecología marina.

Fue a comienzos de 2025 cuando la ciencia dio con algo “más” acerca de esas criaturas que tanto han dado que hablar. Sabíamos que los pulpos eran inteligentísimos, pero no hasta el punto de tener un “cerebro” en cada brazo que les permite, al parecer, actuar con extrema precisión y de forma independiente. Con una “bestia” tan versátil se ha encontrado Reino Unido. 

Ataque a la costa inglesa. 

Sí, el litoral sur de Inglaterra ha vivido un fenómeno insólito: la llegada masiva de pulpos mediterráneos, una especie poco común en esas aguas y que, de repente, se ha convertido en protagonista de los muelles y mercados pesqueros.

En Brixham, principal puerto del suroeste, pescadores como Arthur Dewhirst vieron cómo sus redes rebosaban de cefalópodos en lugar de peces habituales, transformando las faenas en inesperadas bonanzas económicas que llegaron a aportar hasta 10.000 libras extra semanales. 

Entre enero y agosto se subastaron más de 12.000 toneladas, con picos diarios de 48 toneladas, lo que convirtió a la localidad en la “capital del pulpo” del Reino Unido. Restaurantes y comercios se sumaron al furor, incorporando el animal a menús y fachadas, y convirtiéndolo en emblema local de un año excepcional.

El cambio climático. 

Los científicos apuntan al calentamiento del mar como explicación principal del fenómeno. El profesor Steve Simpson, de la Universidad de Bristol, subrayaba en el New York Times que las aguas británicas se encuentran en el límite septentrional del rango habitual del pulpo mediterráneo, pero el incremento de temperaturas ha hecho que el entorno resulte más favorable para su asentamiento. 

Lo que parecía imposible hace unas décadas se ha materializado ahora: un pulso directo del cambio climático visible en la abundancia de una especie que antes apenas llegaba a esas latitudes.

Beneficios y amenazas. 

Si bien para muchos arrastreros el auge ha supuesto un inesperado alivio económico, para los mariscadores de cangrejo y langosta el escenario es más sombrío. Los pulpos, depredadores voraces e inteligentes, han colonizado las nasas utilizadas para capturar crustáceos, devorándolos en su interior y dejando solo caparazones vacíos. 

En localidades como Salcombe, pescadores veteranos como Jon Dornom relataban la sorpresa inicial (“cientos de alienígenas” en sus trampas) que pronto se tornó en angustia al comprobar cómo las poblaciones de marisco se desplomaban. De un viaje exitoso con casi tres toneladas capturadas se pasó a nasas repletas de restos, lo que amenaza la sostenibilidad de sus negocios a medio plazo.

Fenómeno incierto. 

Que se sepa, la última gran irrupción de pulpos en aguas inglesas se remonta a los años cincuenta, cuando aparecieron en masa y desaparecieron en apenas uno o dos años. Esa memoria histórica recuerda lo impredecible del fenómeno: nadie puede asegurar si la oleada se repetirá o si ha sido un episodio aislado. 

Fuente: Miguel Jorge – Para: xataka.com

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