El 31 de enero de 202 el Reino Unido se convierte en el primer país que decide abandonar el bloque comunitario de la Unión Europea.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, también conocida comúnmente como brexit, palabra combinada de las palabras inglesas Britain, «Bretaña», y exit, «salida», fue un proceso político que supuso el abandono por parte del Reino Unido de su condición de Estado miembro de la Unión Europea.
Tras un referéndum celebrado en el Reino Unido el 23 de junio de 2016 en el que el 51,9 por ciento de los votantes apoyó abandonar la Unión Europea, el Gobierno británico invocó en marzo de 2017 el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, iniciando un proceso de dos años que debía concluir con la salida del Reino Unido el 29 de marzo de 2019.
Ese plazo se prolongó debido a la complejidad y desacuerdos en las negociaciones y a disputas parlamentarias internas; en un primer término se previó hasta el 12 de abril de 2019 y volvió a ser prolongado hasta el 31 de octubre de 2019. Por tercera y última vez, el plazo volvió a ser ampliado hasta el 31 de enero de 2020.
Pasada esa fecha, tras haberse aprobado definitivamente el Acuerdo de Retirada, a las 00:00 horas del sábado 1 de febrero de 2020, Reino Unido abandonó automáticamente la Unión Europea a las 23:00 horas (hora británica) del día anterior.
En virtud de dicho acuerdo, hubo un periodo transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 en el que el Reino Unido se mantuvo en el mercado europeo y los ciudadanos y las empresas no notaron diferencias. El Reino Unido y la UE negociaron una nueva relación comercial durante dicho período transitorio, que firmaron la Nochevieja de 2020, y que entró en vigor al día siguiente.
Los efectos del Brexit estarán determinados en parte por el Acuerdo de cooperación y comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido, que se aplicó provisionalmente a partir del 1 de enero de 2021 y entró en vigor formalmente el 1 de mayo de 2021.
La opinión mayoritaria entre los economistas, es que el brexit tiene la posibilidad de reducir la renta per cápita real del Reino Unido a medio y largo plazo, y que el referéndum sobre el brexit en sí mismo dañó la economía.