Contrariamente a la leyenda urbana, las investigaciones demuestran que los peces tienen capacidad de aprendizaje, un sistema de comportamientos sociales y familiares y buena memoria.
Los peces sufren como el resto de las especies. Es algo que la ciencia ha demostrado y que, además de las consideraciones morales que conlleva, acaba afectando a la calidad de su carne.
Para procurar el bienestar animal y la mejora de las calidades del producto nacieron los buques que transportan a los peces vivos, auténticas obras de ingeniería que no dejan de perfeccionarse. El pasado 29 de abril el Aqua Caledonia zarpó a la mar para realizar las pruebas previas a la celebración de su entrega oficial.
Lleva bandera noruega, nacionalidad del armador Aquasiph, y estará destinado al transporte del pescado vivo. Ha sido construido en Astilleros Balenciaga, una de las empresas, junto a Zamakona, Murueta y Gondán donde se fabrican este tipo de embarcaciones. España los construye, pero no dispone de ninguno.
En su diseño se tiene en cuenta que debe servir para trasladar peces vivos. En este caso serán salmones, la especie con la trabajan muchos armadores de Noruega, Escocia, Chile y Canadá. ¿Cuáles son las ventajas de este sistema? Los peces no saben que han sido capturados, y por tanto no segregan sustancias que empeorarían sabor y calidad de su carne.
Aqua Caledonia tiene tanques con capacidad de 1.500 metros cúbicos y una tecnología innovadora para llevar a cabo su propósito. El buque podrá procesar hasta mil toneladas de pescado. Este procedimiento sirve para el trasvase, clasificación y transporte de los animales desde las granjas situadas en fiordos hasta su llegada a tierra en distintos países de Europa donde serán sacrificados, despiezados y envasados. La automatización permite que las operaciones se realicen con una pequeña tripulación.
¿Pero cómo es el proceso para construir este tipo de barcos? «Es análogo al de otros buques –explica Luis Mourelle, jefe comercial de Astilleros Gondán– aunque presentan mucha complicación adicional a nivel de tubería a bordo. Todo el sistema de manejo de peces vivos (introducirlos a bordo, contarlos, tratarlos y, cuando corresponda, procesarlos) implica una gran variedad de sistemas con los que no cuentan otros buques».
Astilleros Gondán botó en 2016 el buque Martin Saele, construido por encargo del armador noruego Salmon Star. Según Mourelle, «a pesar de su aspecto externo era extraordinariamente complejo por la cantidad de sistemas para el manejo de peces que precisaba. Estas peculiaridades dificultan la instalación y coordinación a bordo».
«Fue un barco que se entregó con éxito para gran satisfacción del armador –añade Mourelle–, sobre todo considerando que había tratado de construir un buque años antes con el mismo diseño en un astillero turco. Pero no tuvo éxito. El barco zozobró y se hundió parcialmente durante las pruebas del sistema de carga».
Entre las tecnologías de estas embarcaciones se encuentran aquellas que reducen el impacto medioambiental gracias a grupos auxiliares de bajas emisiones, recuperación de calor de los motores diésel y sus escapes y la posibilidad de trabajar en el puerto en ‘modo eléctrico’.
En la acuicultura
Las técnicas para mejorar el bienestar de los peces no se limitan a la alta mar. También han evolucionado en el sector de la acuicultura.
Los procedimientos empleados son diferentes según las especies, aclara Jordi López, director técnico veterinario de Acuival (Agrupación de Defensa Sanitaria Acuicultura de la Comunidad Valenciana), veterinario especializado en sanidad y bienestar animal en la acuicultura y profesor en la Universidad CEU Cardenal Herrera: «Cada especie tiene unos requerimientos ambientales y de bienestar totalmente diferentes.
En la UE se producen más de 35 especies de peces. Una dorada no tiene nada que ver con una anguila o un rodaballo. Hay además acuicultura en agua dulce, en agua salada, en tierra, en el mar. Se tienen que valorar factores como la densidad del agua, la nutrición o la alimentación».
En materia legislativa, se establece que los animales tienen que estar en buenas condiciones de bienestar, que las instalaciones tienen que ser adecuadas para su mantenimiento, pero no es tan específica como en otras especies, como el porcino o el vacuno. «Hasta que no tengamos mayor conocimiento científico no podremos tener una normativa adaptada a los peces», afirma López.
Fuente: ABC – Economía