Dos científicos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC), Fiz Fernández y Miguel Gil, organizan el ciclo “Velando pola nosa relación con el mar. Os mares dannos vida” con charlas que se celebran desde ayer en formato presencial y online a través del canal de Youtube de la Real Academia Galega de Ciencias.

La segunda sesión, que tiene lugar hoy en Oleiros, trata del cambio climático como “uno de los procesos más preocupantes que afectan a los océanos y por tanto al mar en Galicia”. Fiz Fernández y Miguel Gil explican que «para poder medir la intensidad y posibles consecuencias que este proceso global tiene en nuestra comunidad, hace falta describir como interactúa con la formación de aguas profundas y superficiales de los océanos y como se propaga desde la escala global a las regionales o a las locales”.
Intervendrá el científico gallego y catedrático de Southampton, Alberto Naveira, que expondrá el rápido calentamiento que sufren las aguas oceánicas en la Antártida.
El investigador indica que “el abismo oceánico (el océano a profundidades superiores a 2 o 3 kilómetros) es uno de los ambientes más hostiles e inaccesibles de la Tierra. A pesar de su relativo aislamiento de la atmósfera, juega un papel crucial en nuestro clima. Esto se debe a que las aguas que llenan el abismo pueden atrapar grandes cantidades de sustancias críticas para el clima (como el CO2 ) y las mantiene lejos de la atmósfera durante milenios, regulando así la temperatura del planeta» dice Noveira.

El científico continua con ejemplos concretos «durante la última Edad de Hielo, cuando niveles reducidos de CO2 atmosférico hicieron que la Tierra fuera mucho más fría que hoy, el CO2 fue secuestrado en el abismo oceánico durante decenas de miles de años. Al final de esea período, ese CO2 fue liberado a la atmósfera “súbitamente”, a lo largo de unos pocos siglos. Comprender las razones requiere que viajemos a las remotas y frías aguas que rodean la Antártida, el Océano Austral, y dilucidemos cómo y por qué estas aguas están cambiando hoy”.
El científico explica que “la Antártida y el abismo oceánico están conectados por la circulación del océano: el abismo está lleno de aguas frías y densas que se hunden a gran profundidad en unos pocos lugares cerca de la costa antártica, luego del enfríameinto de las aguas superficiales por congelación en el invierno austral. Después de hundirse, esas aguas (conocidas como Agua de Fondo Antártica) se extienden por la mayor parte del abismo oceánico global, fluyendo por encima de montañas, dorsales y valles submarinos».
Y continúa asegurando que «Observaciones oceanográficas en las últimas décadas muestran que el Agua de Fondo Antártica está cambiando rápidamente a medida que avanza el cambio climático, con un calentamiento y contracción de la misma en casi todas las principales cuencas oceánicas. Estos cambios en las aguas oceánicas abisales son inesperadamente extensos y rápidos, pero qué los está causando y cuales pueden ser sus consecuencias para el clima de la Tierra es lo que hace falta determinar”. explica.
Durante la sesión también participan como ponentes las investigadoras Emma Huertas y Raquel Somavilla.
Por: Rocío Suárez para «El Atlántico» de Vigo