El precio del petróleo vuelve a sacudir a los mercados globales. Este lunes, el crudo Brent y WTI subieron más de un 1%, luego de que el parlamento iraní aprobara una iniciativa para bloquear el estrecho de Ormuz, una de las vías más estratégicas para el comercio mundial de energía.

En la apertura de los mercados asiáticos, los precios llegaron a dispararse hasta un 4%. Con el correr de las horas, el barril de WTI moderó su alza al 1,22% y cerró en US$74,75, tras haber tocado los US$77. En tanto, el Brent escaló 1,25% hasta los US$77,95, rozando los US$81, su pico más alto en seis meses.
Según el medio estatal Press TV, el plan para bloquear Ormuz aún no es definitivo, pero está “en la agenda”. El comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, advirtió: “Se hará cuando sea necesario. El parlamento ya concluyó que debe cerrarse, pero la decisión final la tiene el Consejo Supremo de Seguridad Nacional”.
La posible medida llega como represalia al ataque con misiles de Estados Unidos sobre tres instalaciones nucleares iraníes, ocurrida el sábado por la noche, que provocó daños en Fordo, Natanz e Isfahan. En respuesta, Irán considera usar su carta más fuerte: interrumpir el paso por Ormuz, donde circulan entre 17 y 18 millones de barriles de crudo diarios.
Por qué el estrecho de Ormuz es tan importante
El estrecho de Ormuz es el paso del Golfo Pérsico al Golfo de Omán y, por lo tanto, vía habitual para los barcos que salen de cinco de los diez principales productores de petróleo del mundo: Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Por este cuello de botella hacia el mar Arábigo, de unos 50 kilómetros en su punto más angosto, fluyen más 20 millones de barriles de petróleo diarios, lo que equivale al 20% del consumo mundial de líquidos de petróleo, según la agencia de información sobre energía de los Estados Unidos (EIA, por su siglas en inglés), que advierte que existen «muy pocas alternativas» para la exportación desde dichos países si el estrecho se cierra.

Los analistas internacionales coinciden en que el cierre del estrecho puede tener efectos catastróficos en los precios del crudo. Entre los posibles escenarios que se manejan:
- Subas iniciales del 20%: el escenario más probable en el corto plazo.
- Bloqueo prolongado (semanas o meses): el barril podría superar los US$150 o incluso los US$200.
- Escalada militar regional: podría desencadenar un shock energético global.
Aunque la medida aún no se ejecutó, el solo hecho de que Irán lo evalúe en público alcanza para sacudir a los mercados y generar alarma entre los principales países importadores.
¿Qué escenarios se abren ahora?
El control sobre el estrecho de Ormuz permite a Irán golpear (o amenazar con golpear) los mercados internacionales de la energía. Y es que, como pudo verse con la invasión de Rusia a Ucrania o en otras muchas guerras antes, las crisis energéticas acaban repercutiendo en los precios y en la economía en general. Pero esos vasos comunicantes que caracterizan al comercio global también afectan a los iraníes.
«Un cierre total del estrecho yo creo que es muy poco probable porque a Irán tampoco le interesa. El país depende de exportar productos, sobre todo energéticos, a través de Ormuz y si lo cierra totalmente (…) se estaría haciendo una especie autosabotaje«, afirma el doctor en economía por la Universidad Camilo José Cela, Juan Vázquez, que sí prevé «ataques selectivos» a las embarcaciones estadounidenses o con destino a Estados Unidos, una estrategia que ya se ha visto en el estrecho Bab el-Mandeb por parte de los hutíes de Yemen con cierta eficacia.
Otro motivo de peso en contra de un cierre total del estrecho es Pekín, aliado de Irán en el pulso con Washington. La mayor parte del petróleo transportado por el estrecho de Ormuz acaba en mercados asiáticos, principalmente China (el 38%), pero también a la India, Japón y Corea del Sur. De hecho, el Gobierno de Xi Jinping ya ha instado este lunes a «evitar una impacto en el desarrollo económico mundial» y «promover la distensión de los conflictos».