Javier Milei sorprendió al aprobar los planes de Uruguay para expandir el puerto de Montevideo, lo que implica un abandono del proyecto del canal Magdalena, que hubiera beneficiado a los puertos bonaerenses de La Plata, Mar del Plata, Quequén y Bahía Blanca.
El viernes 2 de febrero, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou anunció públicamente que Milei había dado el visto bueno a los planes de su país para profundizar el canal de acceso al puerto de Montevideo hasta los 14 metros, lo que permitirá el ingreso de buques de carga más grandes y aumentará la competitividad del puerto uruguayo.
La decisión de Milei no solo representa un cambio de rumbo en las políticas marítimas regionales, sino que es también una clara señal de desinterés por el dragado del Canal Magdalena, un proyecto que lleva más de una década de gestiones y que había sido impulsado por el gobierno anterior de Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
En Abril del 2023 el entonces presidente, Alberto Fernández, encabezó el anuncio del llamado a licitación del Canal Magdalena, en la ciudad bonaerense de Ensenada. La licitación que estaba en las manos Ministerio de Transporte de la Nación a cargo de Diego Giuliano, y en su faz administrativa en la Administración General de Puertos, a cargo de José Beni, en agosto de ese año«quedó “desierta”.
El fracaso del llamado para el megaproyecto de una nueva vía navegable alternativa de ingreso a la hidrovía que el gobernador Axel Kicillof y los gobernadores del litoral fluvial argentino, venían impulsando desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández se produjo por la falta total de interés tanto de las compañías locales como de los grandes dragadores globales.
El motivo principal del desinterés de las dragadoras estuvo fundado en un fuerte lobby uruguayo y en lo local en «un pliego licitatorio fuera de contexto y con reglas de juego totalmente ajenas a la realidad» como si hubiese sido «un pliego para cumplir«.
El canal Magdalena es un canal natural que corre paralelo a la costa bonaerense y que conecta el sistema marítimo con el sistema fluvial argentino, favoreciendo la integración de los puertos del país y reduciendo los costos de navegación. El proyecto consistía en dragar el canal hasta los 12 metros de profundidad y crear una ruta de navegación de 53 kilómetros de longitud y 200 metros de ancho.
Según los promotores del proyecto, el canal Magdalena «hubiera sido una alternativa más directa, segura y económica que el canal Punta Indio, que actualmente es el único acceso a todos los puertos de la cuenca del Plata y que deriva el tráfico marítimo y fluvial al puerto de Montevideo«.
En el gobierno de Mauricio Macri se había postergado el proyecto, pero no había otorgado su consentimiento a la expansión del puerto de Montevideo. Es decir que Milei fue aún más allá que Macri en el otorgamiento del beneficio a Uruguay, entregando la soberanía de nuestro tráfico marítimo.
Lacalle Pou celebró la decisión de Milei en las redes sociales y destacó la «buena voluntad» del presidente argentino y la canciller Diana Mondino. Dijo que se trata de un logro histórico para su gestión y que la obra representará un «cambio económico sustancial» para Uruguay.
Fuentes consultadas de la actividad tanto empresarial como sindical calificaron la decisión del presidente y la canciller como «entreguista» y «antipatriótica».