El tratado buscará proteger las aguas marítimas que no están bajo jurisdicción de ningún país. La adhesión de varias naciones se llevó a cabo durante la Cumbre de la ONU en Nueva York.
La Unión Europea y otras 67 naciones oficializaron su compromiso con el Tratado de Alta Mar, el cual fue acordado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en marzo. Este tratado tiene como objetivo la protección de las aguas marítimas que se encuentran más allá de las jurisdicciones nacionales, abarcando aproximadamente dos tercios de los océanos y constituyendo el hábitat más extenso en la Tierra.
El Tratado de Alta Mar, resultado de años de intensas negociaciones, allana el camino hacia una meta: proteger al menos el 30% de los océanos, los cuales se encuentran amenazados por fenómenos como la contaminación, el cambio climático y la posible explotación minera.
Históricamente, estas aguas, ubicadas a una distancia superior a las 200 millas náuticas de las costas y compartidas por todas las naciones, se habían gestionado bajo una serie de acuerdos y organismos internacionales, sin contar con una jurisdicción claramente definida y con reglas inadecuadas para garantizar su protección.
La adhesión a este tratado, el cual fue formalmente adoptado el 19 de junio y formará parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, se llevó a cabo durante la Cumbre de la ONU en Nueva York. Entre los países comprometidos se encuentran Estados Unidos, China, Australia, Alemania, Francia, España y el Reino Unido. Sin embargo, destacaron notables ausencias, como Rusia e India.
Numerosas organizaciones ecologistas aplaudieron esta decisión, considerándola una demostración del compromiso de los gobiernos con la restauración y preservación de la salud de los océanos. Sin embargo, y a pesar de los avances, aún queda trabajo por delante para implementar, de manera efectiva, las disposiciones del tratado.
En busca de la declaración de «zonas protegidas»
Este acuerdo resulta fundamental para la puesta en marcha del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, el cual busca la participación colectiva de varias naciones con el fin de proteger y conservar al menos el 30% de los océanos para el año 2030.
Según un comunicado emitido por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el tratado permitirá la declaración de áreas de alta mar como zonas protegidas, contribuyendo a poner orden entre los organismos encargados de la gestión marina. Esto, a su vez, reducirá el impacto acumulativo de las actividades en alta mar, tales como el transporte marítimo, la pesca industrial y la explotación de recursos.
Cabe señalar que la firma de los gobiernos es un procedimiento formal que indica su disposición a ratificar el Tratado de Alta Mar a través de procesos nacionales. WWF, por su parte, recordó que se requieren sesenta ratificaciones para que el tratado entre en vigencia.