Se trata de la primera gran inversión en el sector en más de siete años, luego de las últimas expansiones protagonizadas por Renova Argentina, la estadounidense Archer-Daniels-Midland Company (ADM) y Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).

El anuncio se enmarca en la renovación del acuerdo entre LDC y Global Clean Energy Holdings (GCE) para fomentar el cultivo de «Camelina» en Sudamérica. Este convenio, extendido por diez años, busca expandir la producción de este oleaginoso alternativo con alto contenido proteico y bajo impacto ambiental, destinado tanto a la alimentación animal como a la elaboración de biocombustibles avanzados.
Según detalló la empresa, la inversión en Timbúes permitirá adecuar las instalaciones para el procesamiento de camelina, canola y girasol, fortaleciendo así la capacidad del complejo para trabajar con nuevos cultivos que respondan a la creciente demanda global de productos sustentables.
“Nuestra inversión refleja el compromiso de LDC con una producción agrícola y energética más sustentable”, destacó Fernando Correa, head regional de Oleaginosas de la compañía.

La «Camelina» es una planta que se ha cultivado tradicionalmente como una oleaginosa para producir aceite vegetal. Este aceite se usa tradicionalmente para la producción de jabones, pinturas, mientras que los restos de extracción se utilizan para la alimentación animal. El aceite de camelina se puede utilizar también en alimentación humana, desde hace relativamente poco tiempo.
Según consigna el portal especializado SL24, desde 2023, la producción de camelina en Argentina se ha expandido de 5.000 a 25.000 hectáreas, con el objetivo de alcanzar las 75.000 en 2025. Además, el programa se extendió a Uruguay y Paraguay, consolidando a Sudamérica como un polo estratégico en la producción de este cultivo.
Con esta apuesta, Timbúes vuelve a ser el epicentro de las inversiones agroindustriales, en un momento donde el sector necesita certidumbre y desarrollo para recuperar su competitividad.