Cuando el calamar del Atlántico sur estornuda, a más de 11 000 kilómetros de distancia la industria pesquera gallega se resfría. Con el cierre de la segunda temporada de calamar Loligo, decretado por el Departamento de Pesca de las Islas Malvinas (FIFD, por sus siglas en inglés) tras obtener los datos científicos, los almacenes frigoríficos de la ría de Vigo y su área de influencia, se centraron en captar nuevas materias primas y/o clientes con el fin de minimizar los efectos.

Al cierre de 2024, se espera que los resultados de las empresas se mantenga en torno a niveles similares a 2023 si bien en la mayoría con menos nivel de ocupación.
Sí se han registrado mayores entradas y salidas, consecuencia de los altos tipos de interés que provocan un encarecimiento de los stocks y para 2024 se prevé un aumento de los costos laborales tras haberse firmado el convenio laboral que supone incrementos del 4,5; 4,5 y 4 % en tres años con el fin de compensar el IPC. Además, los precios de la energía, que se intentan compensar con inversiones en eficiencia energética, y las inversiones derivadas de los requerimientos de los seguros, han minimizado el margen obtenido con unas tarifas de frío que en el sector se consideran obsoletas.
Así, el sector se plantea, una vez más, realizar una modificación de la tarificación y comenzar a facturar por hueco en vez de por peso, así como incorporar el coste de otros servicios que se realizan. ¿Será 2025 el momento de dar el paso en una decisión que lleva décadas aplazándose? Mientras, sobre la mesa la posibilidad de reactivar la Asociación Provincial de Empresas Frigoríficas, APEF, que lleva años paralizada con el fin de tener más peso ante las administraciones a la hora de exponer los problemas de este sector del que dependen cientos de trabajos en el área.
Industrias Pesqueras finaliza el año, una vez más, tomando el pulso al sector de los frigoríficos y el frío industrial, en un 2024 marcado por el cierre preventivo de la segunda campaña de calamar en las Falkland y la caída general de los tráficos de otras especies, en lo relativo a la ocupación; el incremento de los costos laborales, la falta de mano de obra y el nuevo convenio laboral, en términos de empleo; o los retos que siguen planteando las exigencias de las aseguradoras para la firma de pólizas de seguros. Y todo ello condicionado por un problema que viene de atrás y limita la competitividad de los frigoríficos ante este nuevo escenario: la dificultad de los operadores para actualizar tarifas.
Es la disyuntiva que traslada el sector a través de nuestra habitual ronda de contactos por algunos de los principales frigoríficos del área de Vigo, como Frigalsa, Frigoríficos de Vigo, Galfrío, Frialia u Orpagu.

El año pasado los 16 arrastreros españoles que pescan en aguas de Malvinas, capturaron 53.500 toneladas de calamar patagónico, este año se estima que los números serán similares al año anterior.
Fuente: Industrias Pesqueras