El Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) convocó a un nuevo paro nacional de actividades en la Aduana Argentina para los días 15, 16, 29 y 30 de abril. Las medidas se extenderán de 7 a 19 horas, con presencia en los lugares de trabajo, pero sin atención de tareas habituales.

La protesta de los trabajadores de Aduana forma parte del plan de lucha que el gremio sostiene desde principios de año, en reclamo por una recomposición salarial. La Comisión Directiva del sindicato emitió un comunicado el pasado 11 de abril para confirmar la profundización del conflicto ante lo que consideran una falta total de respuesta de las autoridades.
En este marco, el gremio aduanero reclama el derecho a “paritarias libres y homologadas” y advierte sobre “el deterioro salarial que se agrava mes a mes”. “La postura indiferente e intransigente del organismo afecta seriamente el comercio exterior del país”, afirmaron en el documento.
En tanto, las medidas de fuerza incluyen, además del cese de actividades, un apagón informático. Cada agente deberá registrar asistencia en los sistemas y luego desconectar la computadora asignada, ya que gran parte de la operatoria aduanera depende de sistemas electrónicos.

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En esa línea, SUPARA también anunció que durante las jornadas de paro se realizarán asambleas informativas en todas las dependencias de Aduana en el país. Estas reuniones internas servirán para analizar el avance del conflicto y definir nuevas acciones gremiales si no hay avances en la negociación.
Finalmente, el gremio aclaró que, por el momento, las protestas no afectarán el turismo internacional de pasajeros y también quedarán exceptuadas las operaciones vinculadas a emergencias humanitarias o de salud pública. De esta forma, los trabajadores de Aduana garantizarán los procedimientos esenciales en los puntos de frontera, pese al conflicto salarial en curso.
Frente a este escenario, las próximas semanas serán clave y SUPARA definirá si extiende o modifica las medidas según la respuesta del organismo. Mientras tanto, el personal aduanero seguirá con sus reclamos en todo el país, en un contexto marcado por la tensión con el Gobierno libertario y el impacto creciente en el comercio exterior.
El conflicto de los empleados con la Dirección General de Aduanas se agravó en los primeros meses de 2025. Los trabajadores aduaneros denuncian que los salarios quedaron muy por debajo de la inflación y aseguran que el poder adquisitivo se deterioró en forma sostenida desde la asunción de Javier Milei a la presidencia.
Desde febrero pasado, el personal de Aduana realizó casi diez jornadas de paro en distintas modalidades. Sin embargo, la última medida de fuerza en marzo, que se concretó los días 25 y 26, marcó el inicio de una escalada gremial que ahora suma cuatro nuevas jornadas.

A partir de aquel momento, la conducción del Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) declaró el estado de alerta permanente, con el fin de mantener activos a todos los cuerpos orgánicos del gremio y evaluar en tiempo real la necesidad de intensificar el plan de lucha, por lo que no se descartan nuevas medidas si continúa la falta de respuesta.
“Llevamos adelante este plan de lucha porque las condiciones salariales actuales no se pueden sostener”, expresaron desde la conducción sindical, al tiempo que remarcaron que el diálogo con las autoridades está bloqueado y que no hubo avances desde el inicio de las medidas.
La situación genera preocupación en sectores del comercio exterior, ya que la Aduana cumple un rol central en el control y habilitación de importaciones y exportaciones. En ese sentido, los apagones informáticos y la reducción de la operatividad afectan directamente la logística y los tiempos de despacho.
En paralelo, el sindicato insiste en que el reclamo es legítimo y que el conflicto solo se resolverá con una recomposición salarial concreta. Asimismo, desde SUPARA aseguran que no hay voluntad de perjudicar al sector productivo, pero subrayan que no se puede sostener el funcionamiento del sistema aduanero sin condiciones laborales dignas.