Botan una goleta construida con los restos de su naufragio

20 de marzo de 1765- Este día, en la costa de la península Mitre, es botada por marinos españoles la goleta ‘San José y las Ánimas’. Para construirla usaron los restos del naufragio del navío ‘Purísima Concepción’.  La goleta resultó ser el primer barco construido en la Patagonia.

Los investigadores encontraron el diario de viaje del Purísima Concepción

El ‘Purísima Concepción’ naufragó el 10 de enero. Ciento noventa y siete sobrevivientes, pudieron alcanzar la costa del cabo San Diego. Procuraron salvar provisiones y los restos del navío.  

“El diario que acotamos nos dice que desde la llegada a tierra se arreglaron los ranchos de a doce hombres cada uno con su Cabo para la distribución del trabajo (…) La tierra les brindaba no sólo ‘la madera para la fábrica de la única esperanza’ , sino también algunos alimentos, ‘como apio para el caldero, berros y achicorias amargas para ensaladas’; frutas silvestres, como ‘una especie de uvas de Corinto’ (…) fresas o frutillas (…), y, finalmente, una variedad de trigo «cuyo grano es más delgado y más largo (…) A veces cazaban patos y chorlos, (…) y pinguin (…) y hasta la carne de lobo, a la que, según parece, se aficionaron. En los primeros tiempos cuenta que había mariscos en la playa, (…) erizos, lapas, almejas y mejillones» (Histarmar).

A tres días del naufragio, “dio comienzo al desmonte y corte de madera para la construcción de la nave salvadora y su grada. La proyectada fue una goleta”. Sus medidas fueron: eslora 16.36 metros. manga 5.10 y puntal 2.30 metros.    

“Fue tal el tesón con que se emprendió la obra en el improvisado astillero, que, al terminar la primera semana, estaba lista la grada para la goleta y las piezas de quilla, roda, codaste y cuadernas”.

A mediados de febrero estuvo armado el casco. El 19 de marzo ya estaba todo dispuesto para la botadura.

El día siguiente, ‘Nuestra Real Capitana San José y las Animas del Buen Suceso’, flotaba.

El 1° de abril se procedió, por ranchos, al embarco de la gente, pero debieron aligerar el equipaje debido al escaso espacio de la goleta.

La zarpada se produjo el 2 de abril. “…acompañados, hasta que se perdieron de vista, de las demostraciones de amistad y cariño de los indios que quizás, desde lo más intimo de sus conciencias infantiles, envidiaban la obra de los que, durante ochenta días, compartieron con ellos, en armoniosa paz, los frutos e inclemencias de la tierra”.

Excepto tres, que fallecieron en el viaje, todos llegaron a Buenos Aires.

Fuente: Diario del Fin del Mundo