El Parlamento Europeo aprueba cerrar el mercado a los productos derivados de trabajo forzoso

Las comisiones de Mercado Interior y Comercio Internacional del Parlamento Europeo han adoptado su posición sobre mantener fuera del mercado de la UE los productos fabricados mediante trabajo forzoso; un concepto que se alinearía con las normas de la Organización Internacional del Trabajo. Es decir, incluiría “todo trabajo o servicio exigido a una persona bajo amenaza de cualquier pena y para el cual dicha persona no se ha ofrecido voluntariamente”, matiza el Parlamento Europeo.

Las ponentes del informe Samira Rafaela y Maria-Manuel Leitão-Marques instaron al Consejo a darle el visto bueno a la mayor brevedad al texto con el fin de blindar el mercado comunitario a los productos derivados de trabajo forzoso, sean o no de la Unión Europea, han matizado en la rueda de prensa que han ofrecido de manera conjunta. “Hay muchos ejemplos de cómo el trabajo forzoso termina en Europa. Según la OIT en todo el mundo hay casi 28 millones de personas que trabajan de forma forzosa, también en Europa”, matizó Samira Rafaela. “No hay que olvidar que también hay víctimas en nuestro continente y por eso es que tenemos que coordinar políticas. No podemos aceptar estas situaciones”, añadió. Ambas europarlamentarias lo tienen claro: “Hay que prohibir la entrada en el mercado de UE de estos productos porque los derechos humanos no se venden”. Y para ello, añadió Samira Rafaela “tenemos que poner en marcha un comercio basado en valores, y tenemos la necesidad de normas para poner en práctica estos valores”.

“Tenemos que poner en marcha un comercio basado en valores, y tenemos la necesidad de normas para poner en práctica estos valores”

El proyecto de reglamento establecería un marco para investigar el uso de trabajo forzoso en las cadenas de suministro de las empresas. Si se demuestra que una empresa ha utilizado trabajo forzoso, se suspenderían todas las importaciones y exportaciones de los bienes relacionados en las fronteras de la UE y las empresas también tendrían que retirar los bienes que ya hayan llegado al mercado de la UE que serían donados, reciclados o destruidos. Solo cuando la empresa demuestre que ha dejado de producir con trabajo forzoso en sus operaciones o en la cadena de suministro y haya solucionado cualquier caso relevante, podrá volver comercializar su producción en el mercado comunitario. «Si ellos no cambian el comportamiento, no venden el producto; así de sencillo«, señaló la europarlamentaria.

LA CARGA DE LA PRUEBA, SOBRE LAS EMPRESAS

Los eurodiputados modificaron la propuesta de la Comisión para encargar a la Comisión la creación de una lista de áreas geográficas y sectores económicos con alto riesgo de verse implicados en trabajo forzoso. Para los bienes producidos en estas zonas de alto riesgo, las autoridades ya no necesitarían demostrar que las personas han sido obligadas a trabajar, ya que la carga de la prueba recaería sobre las empresas.

Protegerá a los denunciantes, proporcionará reparación a las víctimas y defenderá a nuestras empresas y pymes de la competencia poco ética.

Samira Rafaela recordó “el trabajo forzoso es una grave violación de los derechos humanos. La prohibición que hemos votado será esencial para bloquear los productos elaborados mediante esclavitud moderna y eliminar el incentivo económico para que las empresas realicen trabajos forzosos. Protegerá a los denunciantes, proporcionará reparación a las víctimas y defenderá a nuestras empresas y pymes de la competencia poco ética. Nuestro texto incluye disposiciones sólidas sobre una base de datos y tiene en cuenta las cuestiones de género, todos elementos clave para un impacto sostenido”.

Maria-Manuel Leitão-Marques explicó algunos de los aspectos fundamentales del acuerdo, como el hecho de que todo se centra en los productos: «Cada producto puede ser investigado y cada producto que tenga parte de trabajo forzoso en él, prohibido«. En este sentido, la eurodiputada rechazó que se vayan a cargar nuevas cargas para las pequeñas y medianas empresas sino que se basa en los «riesgos; es decir, las autoridades se centran primero en los productos en los que haya mayor riesgo» y, además, «también tenemos en cuenta el tamaño y los recursos de la empresa». Y «solo quiere acción por parte de las empresas en caso de sospechas», matizó.

CAMBIAR EL FUTURO DE MILLONES DE PERSONAS

Tras la votación, Maria-Manuel Leitão-Marques ha recordado que “27,6 millones de trabajadores en todo el mundo sufren trabajo forzoso, una especie de esclavitud moderna; deberíamos dedicarles esta victoria. Nos hemos asegurado de que los productos elaborados con trabajo forzoso queden prohibidos en el mercado interno hasta que los trabajadores sean compensados por el daño que se les ha causado. La prohibición del trabajo forzoso también protege de la competencia desleal a las empresas que siguen las normas. Por último, hacemos que sea más fácil demostrar el trabajo forzoso impuesto por el Estado”.

La urgencia está clarísima y necesitamos un reglamento que esté en vigor cuanto antes; tenemos que acabar la tramitación del texto antes del fin de la legislatura porque va a dar un impulso potente a la lucha contra el trabajo forzoso en todo el mundo.

Ambas comisiones aprobaron el proyecto de informe por 66 votos a favor, 0 en contra y 10 abstenciones. El pleno tendrá ahora que confirmarlo como mandato de negociación del PE y luego, una vez que el Consejo adopte también su posición, podrán comenzar las conversaciones sobre la forma final del reglamento. “Llamo al Consejo a acelerar el proceso porque los 28 millones de personas que sufren trabajo forzoso no pueden esperar más. La urgencia está clarísima y necesitamos un reglamento que esté en vigor cuanto antes; tenemos que acabar la tramitación del texto antes del fin de la legislatura porque va a dar un impulso potente a la lucha contra el trabajo forzoso en todo el mundo”, sentenció Samira Rafaela. “Podemos cambiar el destino de millones de personas y el Reglamento dará más recursos a la UE”.

Luego, «es importantísimo que se aplique bien», añadió Maria-Manuel Leitão-Marques porque «tenemos experiencia en reglamentos que una vez aprobados no se aplicaron bien» y, apuntó «eso sería un gran fracaso como colegisladores». 

Fuente: industriaspesqueras