Este pasado viernes a las 8.20 horas, arribó a Mar del Plata la embarcación «Pxgeo2», de bandera «Bahamas» que dará comienzo a las tareas de exploración sísmica en búsqueda de petróleo, frente a las costas marplatenses.
El Pxgeo2, llegó proveniente de Trinidad y Tobago, y tras abastecerse, emprenderá viaje hacia las zonas de exploración (Cuenca Atlántico Norte) CAN 017 y CAN 109, ubicadas a unos 200 km aproximadamente de la ciudad balnearia.
La operaciones de exploración estarán a cargo de las empresas Shell que es la principal empresa operadora, con el 60% de participación, y Qatar Petroleum posee el 40% restante.
Fuentes del Consorcio Portuario, aseguraron que ven con expectativas esta nueva incursión en busqueda de petroleo, luego de los resultados negativos comunicados por Equinor en junio de este año sobre el CAN 100.
El buque sísmico cuenta también con helipuerto para transportes de emergencia que requiera la operación, esperando contar con el servicio desde el helipuerto en tierra ubicado en el Puerto de Mar del Plata.
Las operaciones se realizarán durante aproximadamente tres meses en forma ininterrumpidamente las 24 horas del día. El Puerto marplatense será la base de las operaciones de la empresa exploradora.
Según el documento de divulgación presentado por Shell, para la etapa sísmica se utilizarán dispositivos de aire comprimido remolcados en las embarcaciones a lo largo de las líneas de prospección proyectadas. «La fuente de energía de aire comprimido es la más comúnmente utilizada en exploraciones marinas, dado que el aire comprimido es una fuente accesible y los pulsos que genera son predecibles, repetibles y controlables«.
En el proceso, una cámara de aire comprimido es descargada rápidamente en el agua para crear un pulso acústico. Las ondas de sonido generadas por las fuentes de energía se reflejan y reflectan en las distintas capas del subsuelo al encontrar cambios en las propiedades físicas (distintos estratos geológicos, gas, petróleo, etc.), y vuelven a la superficie, donde son captadas por hidrófonos que se encuentran ubicados dentro un sistema de cables sísmicos, comúnmente llamados streamers.
Las ondas son medidas por el tiempo en que tardan en llegar a la superficie, de lo que se infiere su posición en profundidad y su geometría. El producto final es una “imagen” del subsuelo en 3 dimensiones.