El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles una amplia batería de aranceles que afectarán a decenas de países y amenazan con un fuerte impacto en el comercio global, en lo que definió como el «Día de la Liberación».

Trump exhibió un cartel con dos columnas: una con los aranceles y barreras que supuestamente los países imponen a los productos estadounidenses -incluidas medidas indirectas como la manipulación de divisas o regulaciones sanitarias- y otra con las nuevas tarifas que EE.UU. aplicará en respuesta a esas naciones.
Si bien la Argentina modifica su status con el 10 % de arancel (hasta ahora del 1 %) preocupa el 20 % a la Unión Europea, de forma que todos sus productos tendrán que pagar ese porcentaje cuando entren en Estados Unidos a partir del 9 de abril, de los cuales, algunos de ellos, contienen materia prima generada en nuestros pías.
El gravamen universal del 10 %, que entra en vigencia el próximo sábado, y los recíprocos del 20 % a UE, suponen la tasa arancelaria más alta en más de un siglo. Por tanto, ante este cambio de paradigma, Europa y el resto de las potencias, se verán obligadas a responder en una escalada arancelaria que echa por tierra las políticas que han impulsado la globalización y el comercio internacional.
Los efectos de estas medidas son difícil de cuantificar en este momento por lo reciente del anuncio, pero todo apunta a alteraciones en las cadenas de valor, inflación, retraso en las decisiones de compra e inversión y por lo tanto una posible profundización de la recesión en nuestro país.
Las medidas, que entrarán en vigor entre esta y la próxima semana, incluyen un impuesto mínimo del 10% a todos los productos que ingresen a EE.UU. y tarifas más elevadas a las principales economías del mundo y varias emergentes.
Así las cosas con Estados Unidos, previendo que se generará un impacto negativo para todas las partes. China negocia con Japón y Corea del Sur para tomar medidas complementarias para enfrentar las medidas estadounidenses. En la Unión Europea intentarán iniciar una rueda de negociación con EE.UU. Mientras tanto en el resto de los piases americanos, tanto Canadá, México y Panamá discuten estrategias en común, a pesar que salvo a Venezuela, al resto se le mantiene el 10 % de arancel, pero se discuten los efectos indirectos que se podrían generar.
«Es prematuro, debemos analizar profundamente los efectos indirectos, pero deberíamos ir pensando en intensificar nuestras relaciones con otros mercados que ya conocemos, e incluso abrir nuevos mercados, especialmente en un sector netamente exportador como el nuestro«. afirmó un empresario que exporta productos pesqueros a EE.UU. consultado por informemaritimo.com.
«Hoy apoyamos al trabajador estadounidense y finalmente ponemos a Estados Unidos en primer lugar», declaró, tras afirmar que, en muchos casos, «el amigo es peor que el enemigo» en materia de comercio.