Tras llegar a tocar un piso de 32 centímetros frente al Puerto de Santa Fe, el Paraná se recupera tras algunas lluvias y la apertura de compuertas brasileñas del alto cauce del río.
Tras haber llegado al alarmante registro de 32 centímetros de piso frente al Puerto de Santa Fe, el río Paraná transita una etapa de recuperación en su cauce en un repunte «multicausal» según señalaron los especialistas. En la actualidad el último registro ubicó al Paraná en 1,66 metros frente al puerto local, habiendo subido 1,34 metros solo en las últimas dos semanas tras haberse desplomado en su nivel durante los últimos meses.
En dos semanas el río Paraná subió 1,34 metros y las estimaciones dicen que en febrero superará los dos metros
El INA ya trazó sus pronósticos de corto plazo con los escenarios posibles, en donde si bien puede diferir en la magnitud del ascenso, en la traza destaca la persistencia de la crecida que comenzó a fines de enero a causa de algunas lluvias a lo largo de la cuenca del Paraná que se combinaron con la apertura de compuertas.
En este orden, estiman que durante los primeros días de febrero el río en Santa Fe llegue a una altura de 2,16 metros. medio metro por encima de la marca actual.
Por un lado entra en juego el rol de la apertura de compuertas de las presas de embalse brasileñas ubicadas en la cuenca del Alto Paraná, como lo fue el caso de Itaipú. Se hicieron descargas adicionales que permitieron que la onda de crecida se acreciente y se mantenga en el tiempo, combinado con algunos episodios de lluvias a lo largo de toda la cuenca y en zonas de rápida respuesta. A esto se le suma el final del fenómeno de «La Niña», el cual según expertos estará ingresando en fase neutra hasta marzo.
La crecida que experimentó el río Paraná desde comienzos de 2022 y que se sostuvo a lo largo de los meses hasta sobrepasar la línea de los 3 metros y medio en Santa Fe dejó de ser tal a mediados de noviembre, momento en el que el cauce del río volvió a bajar de manera estrepitosa. Las mediciones a comienzos de diciembre registraron un nivel de 1,86 metros frente al Puerto de Santa Fe, cuando a mediados de noviembre la medición daba 3,50 metros.
La bajante histórica tuvo su inicio en marzo del 2020, un año más tarde recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad, pero volvió a caer a fines del 2021, y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social.
Esto afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua. También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.