El 16 de enero de 2025, la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) dio a conocer los resultados de una investigación realizada bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974.

Shipping and Freight Resource señaló que el informe analiza el predominio de China en los sectores marítimo, logístico y de construcción marítima, concluyendo que este dominio obstaculiza el comercio estadounidense y es «procesable» bajo la legislación comercial de Estados Unidos.
Principales hallazgos
El documento revela que China alcanzó una posición dominante en estos sectores a nivel global, apoyándose en políticas estatales y objetivos específicos que han incrementado significativamente su participación en la cadena marítima de valor. Entre los datos más destacados se encuentran:
- Tres fabricantes chinos controlan más del 86% del suministro mundial de chasis intermodales utilizados en Estados Unidos.
- China produce más del 95% de los contenedores de transporte marítimo a nivel mundial.
- La empresa estatal china, ZPMC, fabrica aproximadamente el 80% de las grúas portacontenedores utilizadas en los puertos estadounidenses.
- Más del 50% de la capacidad mundial de construcción naval proviene de astilleros chinos, mientras que Estados Unidos participa con menos del 1%.
- Empresas chinas gestionan terminales en 96 puertos internacionales, 36 de ellos entre los 100 principales en la movilización de contenedores.
El informe también menciona que las políticas chinas han aumentado los objetivos de producción nacional en sectores clave, como los equipos marinos y de alta tecnología, alcanzando niveles de autosuficiencia superiores al 80% en algunos casos.
Impactos identificados
Según la USTR, estas prácticas han perjudicado a la industria y los trabajadores estadounidenses, limitando la competencia, reduciendo oportunidades comerciales y generando dependencias estratégicas. También se plantea preocupación por los riesgos de seguridad derivados de la estrategia china de «fusión militar-civil», que utiliza la tecnología comercial para fortalecer capacidades militares.

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Perspectivas divergentes
El informe de la USTR ha sido objeto de análisis y debate. Mientras que sus conclusiones subrayan el impacto negativo del dominio chino en los mercados internacionales, algunas voces señalan que dicho éxito puede atribuirse a la innovación y la planificación estratégica más que a prácticas desleales.
Es así como, desde la Embajada de China en Washington se ha respondido a las acusaciones, argumentando que el desarrollo en estos sectores es resultado de «innovación tecnológica y competencia activa en el mercado», respaldado por la capacidad industrial y el mercado interno del país.
Por otro lado, analistas destacan que aunque las prácticas industriales de China incluyen subsidios estatales y objetivos nacionalistas, estas también han generado avances en eficiencia y costos, beneficiando a empresas y consumidores internacionales, incluidos los estadounidenses.
El informe de la USTR pone en el centro del debate la sostenibilidad de la estrategia industrial de China frente a los principios de competencia leal. Sin embargo, la falta de métricas detalladas que vinculen directamente las políticas chinas con impactos específicos en la economía estadounidense genera cuestionamientos sobre la profundidad de sus conclusiones.
Por MundoMaritimo