El 24 de octubre de 1964, se hundió en la costa marplatense el buque de bandera griega Navarchos Koundouriotis, un granelero con 33 tripulantes, y con miles de toneladas de grano a granel y que inutilizaron las playas marplatense por mucho tiempo.
El buque Navarchos Koundouriotis abandonó los muelles a las 23 del 20 de octubre de 1964 y comenzó a abandonar lentamente la ciudad, pero cuando llegó a la desembocadura del puerto y abandonaba los morros de las escolleras Norte y Sur, rozó con el banco de arena y el casco se partió en dos.
Con el casco seriamente averiado la tripulación continuó a bordo y logró que el buque llegara al exterior de la estación marítima local. El buque comenzó a hundirse a unos 500 metros de Playa Grande y a unos 200 metros de la salida del puerto, donde permaneció durante años, se hubiese hundido en la boca de la estación marítima bonaerense, hubiese inutilizado el puerto.
El Navarchos era un granelero de bandera griega de casco de acero, que registraba un peso neto de 8 mil toneladas y medía alrededor de 440 pies de largo. El accidente se produjo mientras llevaba a bordo más de 10 mil toneladas de cereal que había sido cargado en los silos de la Junta Nacional de Granos local.
Según los informes narrados por el periodista Nino Ramella , para el Diario La Capital de Mar del Plata, la escasa profundidad del canal de acceso y la presencia de un enorme banco de arena que siempre ha sido el «Talón de Aquiles» del puerto de Mar del Plata, fueron las principales causas del incidente.
Los 33 tripulantes del Navarchos fueron rescatados de inmediato, pero lo peor vino después. El barco, partido en dos, no pudo ser removido así que permaneció en ese mismo lugar durante muchísimo tiempo. Si bien el capitán pudo evitar que la nave quedara en medio de las escolleras, no logró alejarlo lo suficiente de la entrada al puerto.
Por ese motivo durante bastante tiempo los pescadores tuvieron que tener muchísima cautela cuando maniobraban por la zona.
El verano de 1965 fue el peor de la historia para los concesionarios de Playa Grande. La arena se tiñó de negro y ningún turista pisó los balnearios. Para colmo, el cereal que llevaba a bordo comenzó a descomponerse provocando un olor insoportable.
El Navarchos comenzó a hundirse y a desintegrarse, una parte fue retirada quedando un resto que con el paso de los años, el resto de su estructura desapareciera de la vista quedando oculto bajo el mar.