Nace de la unión entre los ríos Paraná y Uruguay y desemboca en el océano Atlántico, por lo que actúa como un estuario (zona de transición, en la desembocadura de un río, entre las aguas dulces y las aguas costeras), explica el gobierno argentino.

Aunque el Paraná y el Uruguay son sus mayores afluentes, otros ríos, como el Santa Lucía, el Salado y el Luján, también llevan sus aguas hacia el Río de la Plata, agrega un artículo publicado en el sitio web del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El Río de la Plata tiene una forma triangular, mide 290 kilómetros de largo y 220 kilómetros de ancho, lo que lo convierte en el más ancho del mundo.
Su cuenca hidrográfica abarca partes de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay y mide más de 3 millones de kilómetros cuadrados. Se trata de la segunda más amplia de Sudamérica (después de la del río Amazonas) y la quinta más grande del mundo.
Aunque sus dimensiones son sorprendentes, su profundidad es baja: tiene una media de 13 metros, asegura la Fundación Aquae, una organización referente en el impulso de la educación, el apoyo a la sostenibilidad y la difusión del conocimiento.
El Río de La Plata, sirve de frontera natural entre Argentina y Uruguay, y su administración está regulada por el «Tratado del Río de La Plata y su frente Marítimo», promulgado por Ley N° 20.645, del 31 de enero de 1974.
Cabe aclarar que algunos expertos lo etiquetan como un golfo o un mar marginal del océano Atlántico. No obstante, el Río de la Plata es mayormente considerado un río y un estuario, señala la entidad gubernamental. Bajo esa definición, este afluente sudamericano es el río más ancho del mundo.
Fuente: National Geographic / Comunidad Náutica