Con críticas pero con esperanza, se boto el «Yani G»

En un discurso con críticas al daño que genera la inflación y el atraso cambiario, con reconocimiento al gobiernos de Néstor Kirchner, pero0 con la fe puesta en la continuidad y la defensa de la industria nacional, fue botado el buque 146 del Astillero Contessi.

A continuación reproducimos el discurso completo del presidente de la firma constructora, Domingo Contessi, el pasado sábado, cuando en las gradas del astillero, espera el «Yani C» para flotar en las aguas interiores del puerto marplatense.

……………… «Hace exactamente 15 años celebramos la botadura del “Maria Gloria” para la firma Vicarp S.A., en aquella oportunidad una de las hijas de Eduardo Garcia, Soledad fue la madrina del buque. Hoy su otra hija, Yanina, tendrá la misma responsabilidad, de ser la madrina y de darle el nombre a este hermoso barco. 

Para el Astillero es un honor que una misma empresa armadora nos vuelva a elegir para renovar su flota y que haya sostenido la inversión en circunstancias tan especiales. Por ello nuestras primeras palabras de agradecimiento son para Eduardo, Soledad, Yanina y todo su equipo, por la decisión, la confianza y la amistad. 

La calidad constructiva de este buque no tiene nada que envidiarle a los del primer mundo. Estamos muy orgullosos de nuestros ingenieros y de todos los trabajadores que lo hicieron posible y por quienes les pido un muy fuerte aplauso.

 Es el octavo barco de esta nueva generación que botamos en poco más de 2 años. Todos los anteriores han tenido un desempeño excelente, con campañas de pesca exitosas y clientes satisfechos. Algunos dudaban que la renovación de la flota pesquera era posible y estamos demostrando que se puede concretar con buques de primera línea, diseñados y construidos por argentinos.  A nuestro alrededor tenemos en reparación dos barcos construidos por este mismo Astillero. El “Coraje” de 1983 y el “Don Turi” de 1994, que dicho sea de paso, está hace más de 4 meses parado por la falta de un repuesto importado. La diferencia con los buques de esta nueva generación como el “YANI G” es abismal, pero no en capacidad de pesca, sino en términos de confort de la tripulación, habitabilidad,  tratamiento de las capturas, calidad de los materiales, tecnología y eficiencia. 

Pero lamentablemente la alegría no es completa. Con lo que hemos producido, tanto los trabajadores  como la propia empresa deberíamos estar muchísimo mejor de lo que estamos. El esfuerzo que hemos hecho para lograr estas botaduras y no detener inversiones como las de la nueva nave industrial es enorme. Hemos perdido dinero trabajando, nos hemos descapitalizado y nos hemos endeudado, pero lo que aún no perdemos es la esperanza. 

Cuando hablo en nombre de la empresa represento a trabajadores y socios que pueden tener diferentes preferencias políticas, por lo tanto mi deber es dar un mensaje equilibrado y apartidario, pero también tengo la obligación de hablar sobre la coyuntura y exteriorizar las dificultades que estamos viviendo, porque no se solucionan los problemas ignorándolos. No hemos escatimado en ponderar las buenas políticas industriales que tuvo este gobierno, pero también nos hemos cansado de advertir las consecuencias de la inflación, el atraso cambiario y la distorsión de precios relativos, siendo esto último algo de lo cual no solo es responsable el gobierno sino también la especulación empresaria.

Todos conocemos el impacto que ha tenido la sequía en nuestro país, disminuyendo un 25% los ingresos del Estado. Imaginemos ahora que le pasaría a una empresa privada si sus ingresos disminuyeran un 40% y sus gastos no solo fueran iguales, sino que en algunos casos aumentaron un 200% o 300%. Seguramente me dirán: ¡Eso es inviable!. Bueno precisamente es lo que le ha pasado a muchos exportadores y especialmente a las industrias que vendemos bienes en dólares oficiales a sectores exportadores y que no hemos tenido tipos de cambio preferenciales. 

Esto no es una exageración, es la dura realidad. Si ajustamos por inflación el dólar oficial de $ 63 que este gobierno tenía al comienzo de su mandato nos daría hoy aprox. $ 587, sin embargo nuestros ingresos están congelados desde hace tres meses a un dólar de $ 365. Esta misma foto se viene repitiendo desde enero del 2021 cuando el dólar oficial comenzó a correr muy por detrás de la inflación. La reacción lógica sería aumentar los precios en dólares, pero eso ya lo han hecho muchos de nuestros proveedores locales de insumos arribando a costos 4 veces más altos que los internacionales, justificados en el atraso cambiario y la incertidumbre de acceso a divisas oficiales para importar insumos. Sinceramente no queremos entrar en esa carrera absurda que nos conduce al abismo.  El abismo es por ejemplo, que un mismo modelo de barco (no este) que en el año 2005 tenía un costo de USD 650.000, en el 2015 costó USD 1.800.000 y hoy tiene un costo de USD 2.800.000.- Claramente esta pérdida de competitividad no es nueva, pero es una tragedia que no está debidamente visibilizada y deja a industrias como la nuestra en una situación de extrema debilidad ante una eventual apertura de la economía y ante el propio mercado interno que no puede absorber semejantes aumentos. 

Los mejores años de nuestra economía, como el primer gobierno de Nestor Kichner, coincidieron con un tipo de cambio competitivo que favorece a las exportaciones y  la producción sin necesidad de subsidios a la industria o de tipos de cambio diferenciales. Nos consta que esto lo comparte el Ministro de Economía porque ha declarado públicamente que aboga por un tipo de cambio competitivo. Sin embargo, recurrentemente sucumbimos ante los cantos de sirena de un dólar oficial anclado que es típico de los períodos pre-electorales, pero también sabemos luego lo complejo y doloroso que es el inevitable ajuste de ese valor con devaluaciones bruscas y con sectores tan especulativos que todo lo trasladan a precios. 

Las crisis en Argentina eclosionan por la falta de dólares. Hasta hay quienes dicen que el problema de la inflación Argentina no es la emisión que se requiere para cubrir el déficit, sino justamente ese desequilibrio externo. Entonces, ¿cómo se entiende que los sectores más perjudicados de los últimos años hayan sido justamente los que generan dólares? Y ojo que esto tampoco se soluciona mágicamente con una dolarización, porque ya hemos tenido un sistema de convertibilidad con déficit fiscal que nos llevó a una situación similar de poca competitividad.

En definitiva, después de tantos años de ver estos mismos ciclos de crisis económica deberíamos haber aprendido a anticipar y reaccionar ante las causas, no ante los efectos. Ha llegado la hora de grabar a fuego una premisa que diga: “Atraso Cambiario Nunca Más”. 

Cuántas dualidades conviven en la Argentina. Por un lado tenemos las capacidades, el conocimiento, el potencial. Y por otro lado tenemos los problemas, los parches y la incredulidad. Somos muchos los argentinos que nos levantamos cada mañana y hacemos caso omiso a esos problemas, bajamos la cabeza y trabajamos, nos tapamos los oídos e invertimos. El “YANI G.” es un ejemplo. Si el Astillero y el Armador nos hubiéramos puesto a hacer un costeo mensual, nunca habríamos llegado a esta botadura y su construcción se habría interrumpido tal como se han frenado otros proyectos. Este barco se bota sin contrato, sin precio ¿Cómo vamos a poder determinar su valor si ni siquiera hemos podido aún girar las divisas para pagar la chapa naval que utilizamos durante su construcción?

¿Se entiende ahora la profesión de FE en el País por parte del Astillero y de la empresa armadora que implican este tipo de emprendimientos?

CRITICAS A LA LICITACIÓN DEL INIDEP

Ahora si Armador y Astillero lo hacemos, si nosotros confiamos, ¿porque no lo hace el propio Estado? ¿A qué me refiero? Me refiero por ejemplo a que el INIDEP pretenda lanzar “en este momento” una licitación internacional para construir un barco de 100 millones de dólares, financiado por un crédito del BID y que seguramente será adjudicado al mismo Astillero español que le construyó los dos anteriores, porque las especificaciones técnicas son iguales a otro buque que esa misma firma ya está construyendo. 

En Argentina tenemos Astilleros públicos y privados con capacidad para construir ese tipo de buques, tenemos las Universidades y estudiantes de ingeniería que han recibido premios internacionales por diseñar esa misma clase de buques. Lo que claramente “hoy” no tenemos son las condiciones económicas para poder cotizar y ser competitivos. ¿Creo que no hace falta que lo vuelva a explicar, no? 

Nosotros mismos aspiramos en algún momento a construir y exportar buques de ese tamaño, para ello estamos haciendo la nueva nave industrial; pero pretender que un Astillero Argentino participe hoy, en estas condiciones, de una licitación internacional es como que nos quiebren las piernas, nos roben las muletas y luego nos inviten a correr y ganar una maratón.

Como si todo esto fuera poco, también tenemos una Ley de Industria Naval, la 27.418, que estipula específicamente que los buques que necesitan los organismos del Estado deben ser construidos en el país, en tanto exista capacidad de construcción nacional, lo cual reitero está sobradamente probado. La ley no habla de porcentajes, ni habla de excepciones ante el financiamiento con créditos internacionales. 

A mis espaldas, en medio del mar, comienza a vislumbrarse otra oportunidad de progreso para la Argentina con la explotación petrolera off-shore. Allí también hay una elección pendiente. Tendremos que elegir entre el modelo industrialista que adoptaron Noruega y Brasil y que generó una revolución no solo en sus respectivas industrias navales, sino en sus industrias en general. O si por el contrario adoptamos el modelo extractivista de Nigeria y Angola, que posiblemente mueve similar cantidad de barriles de petróleo, pero sin repercutir en las industrias y empleos de sus respectivos países.

Podrán tildarme de mal pensado, pero a la luz de los antecedentes creo que ya hemos elegido. Seremos ANGOLA. ¿Cómo vamos a pretender que las empresas petroleras extranjeras construyan sus buques en el país cuando el propio Estado no lo hace?

PREVISION SOBRE LO QUE PODRIA SUCEDER SI SE APLICAN LAS LEYES DEL LIBRE MERCADO

Y que por favor ningún partido político se haga el desentendido y piense que estoy hablando de otros, porque este tipo de actitudes ha sido transversal a todos los gobiernos recientes con importaciones de lanchas patrulleras y OPV durante la gestión de Cambiemos, de barcos de investigación en ambos gobiernos, además de estos intentos de ahora. Y podemos imaginar cuál sería el criterio en un eventual gobierno donde solo primen las leyes del libre mercado. 

Chile está construyendo su buque Polar y acaba de botar un barco de Investigación Pesquera, Colombia está construyendo su cuarta OPV, Brasil construye hasta sus propios submarinos nucleares, mientras Argentina, que supo tener una industria naval mucho más desarrollada que la de esos países, hoy es meramente testimonial y buscamos todo en el extranjero. 

Pido disculpas por los tonos y la energía, pero estamos cansados. Esto no es una cuestión de ideologías, no es una cuestión de recetas económicas, es una cuestión de patriotismo, de sentido común y supervivencia. No podemos tener universidades pero no confiar en nuestros ingenieros, no podemos tener astilleros y no confiar en sus capacidades, no podemos tener leyes y no respetarlas. Sortear cada día tantísimos obstáculos y además esto?

¡Por favor, dejemos de boicotearnos entre nosotros mismos !

Como decía al comienzo la esperanza no la hemos perdido. Ojalá que el próximo gobierno pueda resolver el flagelo de la inflación, introducir las reformas que nuestra economía necesita para salir de estos ciclos de crisis recurrentes y tener el patriotismo necesario para defender el trabajo de los argentinos. 

Desde esta empresa siempre estaremos dispuestos a seguir haciendo nuestro humilde aporte, cualquiera que sea el color político. El “YANI G.” y los otros 145 buques botados son una muestra de ello. Rogamos a Dios, nuestro Señor que nos siga dando oportunidades y que todos los argentinos aprendamos a unirnos para poder aprovecharlas ……………….. «